miércoles, noviembre 29, 2006

Miltón Friedman 1912-2006: Una Breve evaluación

Estimados lectores, ante la controversia y los abundantes comentarios del anterior articulo, quisiera, seguir con otro articulo sobre el mismo tema.

Quisiera llamar la atención sobre el problema monetario que plantea este articulo, enlazandolo con el articulo anterior sobre el legado de Friedmann, y que hace mencion a la teoria de Ford.

Para mi opinión es más importante la distribución de la renta, que el control de la inflacción mediante tecnicas monetaristas. Si miramos a los paises más avanzados, estos siempre soportan una mayor carga fiscal, que por ende proporcionan una mayor distibución de la riqueza.

Por eso yo confio más en la fiscalización que en el monetarismo.

Una mayor distribucion de la riqueza no implica adoptar medidas keynesianas. La distribución de la riqueza enlaza con una mayor calidad de vida social y un mayor bienestar general. De ahi que la Renta Básica sea una medida, que proporcione una estabilidad al sistema economico, al ser una costante de distribución.

Con una constante de Ingresos la inflación sera provocada por la oferta y la demanda, del mercado, por lo que deberia resolverse por el propio mercado, no mediante el encarecimiento del dinero. Como bien se argumenta en el articulo siguiente el dinero es neutral.



Milton Friedman 1912-2006: Una breve evaluación
Richard Du Boff
Zmag
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El núcleo de la filosofía económica de Milton Friedman, de la que provino todo lo demás, fue la proposición de que “la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario. “Díganme con qué rapidez se permite al gobierno que aumente el suministro de dinero, y les diré cuánta inflación infligirá a la economía de libre empresa – la que, a propósito ha existido siempre en USA.” “El hecho más importante sobe el monopolio empresarial es su relativa falta de importancia desde el punto de vista de la economía en su conjunto,” escribió Friedman en 1962. “Hay unos cuatro millones de empresas que operan separadamente en USA; unas cuatrocientas mil nuevas nacen cada año; una cantidad más pequeña muere cada año... En casi toda industria que uno pueda mencionar, existen gigantes y pigmeos lado a lado.” Mantengan de todas maneras al gobierno fuera de la economía y de las finanzas, comenzando por su monopolio del dinero de la nación, y nuestro sistema competitivo de libre empresa florecerá.
El triunfo definitivo de Friedman, dice la mayor parte de los artículos sobre su vida, tuvo lugar en los años setenta, cuando supuestamente refutó las políticas económicas de John Maynard Keynes. “Incluso cuando lo proscribían como alguien que se negaba a ver la realidad en asuntos económicos,” escribe Holcomb Noble en The New York Times (17 de noviembre), “predijo en los años sesenta que se acercaba el fin del auge económico. Cuenten con que aumentará el desempleo, dijo, y que la inflación aumentará, al mismo tiempo. La predicción se cumplió en los años setenta. Fue Paul Samuelson el que llamó al fenómeno stagflación. El análisis y la predicción del señor Friedman fueron considerados como un logro intelectual sorprendente y contribuyeron a que obtuviera el Premio Nobel por sus teorías monetarias.” Greg Ip y Mark Whitehouse (Wall Street Journal, 17 de noviembre) agregan que “Junto con el economista Edmund Phelps, el ganador del Premio Nobel de este año, el señor Friedman desarrolló también en los años sesenta la teoría de que los que deciden la política no podrían mantener un bajo desempleo permitiendo una inflación mayor. Este punto de vista influye en los principales bancos centrales en la actualidad, incluyendo a la Reserva Federal, ayudó a derrotar la inflación en los años setenta y preparó el ambiente para la baja inflación y el bajo desempleo en los años noventa y en la actualidad. Paul Volcker, que llegó a ser presidente de la Reserva Federal en 1970, fue el que puso en práctica la teoría monetarista, adoptando objetivos de suministro de dinero que elevaron las tasas de interés a niveles de dos cifras, sumió a la economía en una profunda recesión, y terminó por reducir drásticamente la inflación.”
Hablando del rápido aumento de los precios del petróleo como resultado de los recortes en la producción de la OPEC que comenzaron en octubre de 1973, Friedman dijo en 1974: “La crisis mundial ha pasado ahora su clímax. La cuadruplicación inicial del precio del petróleo crudo después de que los árabes redujeron la producción fue una reacción temporal que ha estado generando su propia cura. Los precios más elevados indujeron a los consumidores a economizar y a otros productores a aumentar la producción... A fin de mantener altos los precios, los árabes habrían tenido que restringir a cero su producción; no podrían mantener por mucho tiempo el precio mundial del crudo a 10 dólares por barril. Mucho antes de llegar a ese punto el cartel se derrumbaría.” (Newsweek, 4 de marzo de 1974).
En otras palabras, el dinero es “neutral”: ya que los aumentos en el precio del petróleo, o de cualquier otro precio, no producen un aumento en el acopio de dinero, no producirán inflación. Por lo tanto, aunque el cartel OPEC estaba aumentando sus precios, el mundo no sufriría, porque todos los demás bienes seguirían siendo producidos – y vendidos a precios más bajos. El precio promedio de los bienes en general cambiaría muy poco; la inflación sería insignificante; y no ocurrirían pérdidas reales de producción o de empleos.
Los precios del petróleo se situaban entre 3 y 4 dólares por barril antes del otoño de 1973; subieron a 14 dólares por barril en 1978 y a 35 dólares en 1981 – una “crisis” de ocho años según todas las pautas. Desde 1979, la Reserva Federal de USA, bajo Volcker, trató de hacer retroceder la inflación, no mediante el establecimiento de modelos de suministro de dinero (que en todo caso son difíciles de lograr) sino aumentando las tasas de interés a niveles récord. El resultado fue una severa recesión, que duró desde mediados de 1980 hasta 1982 – la depresión más prolongada desde los años treinta. Mientras la economía se contraía, el desempleo aumentaba, sólo porque la Reserva Federal aplicó un torniquete a la economía – no, como predijo Friedman en los años sesenta y setenta, porque el gobierno estaba creando y gastando demasiado dinero en la errónea creencia keynesiana de que podría estimular la economía y reducir la tasa de desempleo. “Cuenten con que el desempleo crecerá, dijo [Friedman], y la inflación aumentará, al mismo tiempo” (señala Noble del Times).
En realidad, mientras la tasa oficial de desempleo aumentó de un 5,8% en 1979 a un nivel récord en la posguerra de un 10,8% a fines de 1982, el suministro de dinero disminuía dramáticamente, creciendo un 13,3% en 1979 y sólo un 3,8% en 1982. También podría preguntarse por qué una Reserva Federal friedmanita habría permitido algún crecimiento en absoluto del dinero mientras los niveles de precio aumentaban.

Lo que sigue es el cuadro de cómo se veía la relación entre el suministro de dinero y la inflación que supuestamente se siguen de cerca, durante el tiempo del triunfo de Friedman:

En 1977 hasta 1981: El suministro del dinero aumentó en un 32%, los precios en un 50%.
En 1982 hasta 1986: El suministro del dinero aumentó en un 53%, los precios en un 14%.
Y después:
En 1983 hasta 1992: El suministro de dinero aumentó en un 97%, los precios en un 41%.
En 1993 hasta 2004: El suministro de dinero aumentó en un 21%, los precios en un 31%.

A partir 1990, la mayoría de los economistas y de las autoridades financieras creyeron que el suministro de dinero debería ser medido como “M2,” lo que incluye no sólo a la moneda (efectivo) en manos del público y de las cuentas bancarias de cheques (“M1”, como mostrado arriba), sino también cuentas de dinero del mercado y depósitos de ahorro. Según esa medición los valores desde 1993 hasta 1994 se verían sustancialmente diferentes (los otros tres períodos no): El suministro de dinero M2 aumentó un 84%, los precios un 31%.
En cuanto al legado de Milton Friedman, pocas veces en la historia se ha acumulado tanto encomio en tan poco. No precisa para juzgar el resto del edificio totalmente antiestatal de Friedman (no tengo el estómago) – su oposición a toda forma de regulación y de gastos gubernamentales (excepto los militares), su oposición a la educación pública y a la Seguridad Social... y su papel como asesor económico del régimen de Pinochet en Chile que realizó un golpe en 1973 contra el presidente democráticamente elegido, Salvador Allende. Pero el golpe, para Mr. Friedman “no fue más que un bache en la ruta,” nos asegura Noble del Times, aunque uno se pregunta de qué ruta se habrá tratado.
http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=10&ItemID=11445

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un profesor que tuve en la Universidad de Valencia, D. Emerit, comentó con insistencia que el capital social es de vital importancia para el desarrollo de la sociedad y el crecimiento económico. La prueba es que los países con más medios públicos son los más ricos, y no por ser los más ricos, sino por tener las mejores condiciones sociales. La misma inversión hecha en un país africano o en Suecia fracasa allá y en le país nórdico crea riqueza. Por eso me interesó lo de la RB, pues puede crear riqueza al impulsar las inversiones y hacerlas más rentables y más adecuadas al medio ambiente y hacer una sociedad con más recursos. De todas formas la fiscalidad tiene reèrcusiones menotaristas. Por eso es necesario un equilibrio. Nacho.

Anónimo dijo...

La renta Básica estaría muy bien, si el estado la admitiera y pudiera tener atendidos así a todos los necesitados, aunque sería costoso en un principio se compensaría en el consumo que ellos podrán hacer. Y se revitalizaría el comercio. (vease la teoría del marginalismo) Si se une a una fiscalidad acorde, como habéis planteado alguna vez: IVA , pues miel sobre hojuejas. La ley de dependencia es un paso importante en esta dirección, pero no llega a cubrir todas las necesidades de los marginados y empobrecidos. Esperemos que el PSOE profundice esta sugerencia y la incluya en sus presupuestos, por lo menos del año que viene. Melchor Reyero.