viernes, diciembre 22, 2006

Feliz Navidad y prospero Año Nuevo



Feliz Navidad y prospero Año 2007.

Desde estas Paginas queremos agradecer a todos los lectores que han compartido este año con nosotros y desar a todo el mundo un Feliz 2007.


Volveremos el año que viene con toda nuestra ilusión.

Libertad de elegir

El titulo escogido para este articulo no es casualidad. Es el titulo de un libro de Milton Friedman, en donde se enuncia un decálogo liberal, basado en lo más importante que posee un ciudadano: “La libertad de elección”. En este libro se razona y se argumenta la necesidad de la mínima intervención del estado en la economía.
Se podría criticar o discutir, las argumentaciones de dicho decálogo, y seguramente podríamos estar de acuerdo en muchos de esos razonamientos. Hoy nadie discute la libertad de mercado, y como bien argumenta el Filósofo Gustavo Bueno: “Si no existe el mercado no existe la democracia.”

De hecho al mismo razonamiento de que lo más importante es la libertad de elección llega Amartya Kumar Sen y ese mismo razonamiento lo defendemos con nuestra propuesta de la Renta Básica.

Savater señala tres requisitos que favorecen un buen ejercicio de la libertad. Según el filósofo, el primer requisito de la libertad es el conocimiento. No se puede elegir algo que no conocemos. En este campo la educación resulta imprescindible.
El segundo elemento vital en una elección es la capacidad de manejar alternativas de acción. Aduce que hay que tener la capacidad de representarnos mentalmente en alternativas distintas. O sea, el poder de la imaginación.
Y el tercer elemento para Savater es la decisión propiamente dicha. Comenta que por más que conozcamos el mundo, que nos lo imaginemos, es la voluntad quien tiene que decidir. Es el momento del gran dilema. Uno decide ante lo desconocido y nunca sabe si es para bien o para mal. El filósofo recuerda un hecho real, cuando un hombre ante la posibilidad de salvar a uno de dos niños, optó por uno. Veintiún años más tarde, ese niño creció y fue miembro del ETA y asesinó al hombre que lo había salvado. Una muestra de cómo uno actúa en lo desconocido y el drama que también encierra la libertad de elegir.

A nivel económico el problema de fondo no es el discutir sobre si existe o no posibilidad de elegir, porque el estado intervenga en algunos mercados, sino si de verdad se esta en condiciones de poder elegir.

Porque a nivel económico, los pobres, los enfermos y los que carecen de conocimiento no pueden elegir libremente.

Los pobres porque la falta de una Renta Básica, les obliga a depender del factor empleo y por consiguiente, se ven influenciados por quien les sustenta económicamente.

Los enfermos porque ante una enfermedad, y falta de salud, dependen de los estamentos sociales, de la sociedad y de los medios para sobrevivir.

Y los que carecen de conocimiento, porque sin el conocimiento uno no tiene capacidad de elección.

Es por eso por lo que para poder elegir, deben de darse, estas circunstancias, acceso a un sistema de salud universal, acceso a una educación personalizada que fomente las capacidades personales, para que cada persona pueda aportar lo mejor de si mismo a la sociedad y una Renta Básica, que permita una subsistencia independiente del trabajo remunerado. Y es ahí donde la Renta Básica posibilita que todo el mundo pueda ejercer democráticamente su libertad de elección. La renta Básica concilia los dos conceptos de libertad de I.Berlin, la libertad positiva y la negativa.

Puesto que con la falta de alguno de estos pilares, uno no puede disfrutar de la verdadera libertad.

Como argumenta Amartya Kumar Sen en su libro “Nuevo examen de la desigualdad”
Quizás lo más importante es tener la oportunidad real para alcanzar aquello que valoramos. Eso es libertad. Los medios (recursos, bienes básicos...) aumentan la libertad para alcanzar nuestros objetivos, pero una igualdad en los medios no supone una igualdad en la libertad, ya que hay otros factores involucrados en esa libertad (según el sexo, posibilidad de embarazo, exposición a enfermedades...). Además, los medios dependen del pasado (logros anteriores), pero los medios son, de hecho, más importantes que los logros porque se da así más importancia a la libertad, ya que: "El aumento de la libertad mejora la capacidad de los individuos para ayudarse a sí mismos, así como para influir en el mundo, y estos temas son fundamentales para el proceso de desarrollo".
La calidad de vida o el bienestar se mide por sus "funcionamientos" (comida, salud, felicidad, dignidad, posibilidad de participar en la comunidad...). La "CAPACIDAD" es el conjunto de funcionamientos que una persona puede alcanzar. Esto mide la LIBERTAD para elegir entre distintos modos de vida. Esta evaluación es muy diferente a los enfoques tradicionales (el de Rawls, el de Dworkin, el de medir el ingreso real con el PIB/PNB...). O sea, para evaluar el bienestar hay que seleccionar y ponderar las capacidades "importantes", lo cual no es simple ya que son conceptos difusos.

La ventaja del "enfoque de las capacidades" es que nos aleja del ámbito de los bienes, ingresos y utilidades. Su ámbito es el conjunto de puntos donde cada punto es una combinación de funcionamientos. Así, la evaluación del bienestar es la valoración de uno de los mejores puntos de ese conjunto de capacidades.

En este enfoque, la LIBERTAD de elección influye directamente en el bienestar, lo cual NO es considerado por la teoría CONSUMISTA en la que lo importante es lo más valioso (lo más caro) y no el hecho de poder elegir. El bienestar depende de cómo haya surgido el estilo de vida (de si ese estilo es elegido libremente o no, por ejemplo). Efectivamente, esa evaluación puede ser imposible de realizar y, en ocasiones, pude ser necesario usar sólo los funcionamientos alcanzados. Pero debemos distinguir entre lo ideal (procedimiento justo) y lo práctico (con los datos disponibles).
Para que se den unas capacidades mínimas, cierta renta es necesaria, pero a igualdad de renta pueden darse grandes diferencias en las capacidades. Existe una gran relación entre capacidades y libertad. Amartya Sen ha sabido descubrir que, más importante que el logro de las metas personales es el proceso mediante el cual dichas metas son alcanzadas (libertad). Por eso, no basta con paliar los efectos más urgentes de la pobreza, sino que es necesario romper la lógica de la pobreza, de modo que se genere la libertad suficiente como para que los individuos puedan por sí mismos salir de la pobreza. Para que esto suceda, los medios políticos más eficaces son la EDUCACIÓN y la SANIDAD.

La renta necesaria ha de ser la Renta Básica, y una forma de entender la Renta Básica es, la de crear un sistema económico que posibilite la financiación de la misma a través del consumo. El consumo en los países occidentales representa entre el 60 y el 70% del PIB. Todos consumimos, todos aportamos nuestro granito de arena a la distribución de la riqueza. Quien más consume quien más se beneficia del trabajo de los demás más aporta al sistema.

Una renta mínima a todos, o un nivel bajo el cual nadie caiga cuando no puede cuidar de sí mismo, no sólo es una protección absolutamente legítima contra riesgos comunes a todos, sino que es una exigencia necesaria de la Gran Sociedad" cita de Hayek.



Adjunto diferentes conceptos de libertad extraidos de internet:

La respuesta estriba en comprender que la libertad de la que estamos hablando no es un a priori ontológico de la condición humana sino un logro de nuestra integración social. A ello apuntaba Hegel, cuando estableció que “ser libre no es nada, devenir libre lo es todo”. No partimos de la libertad, sino que llegamos a ella. Ser libre es liberarse: de la ignorancia prístina, del exclusivo determinismo genético moldeado según nuestro entorno natural y/o social, de apetitos e impulsos instintivos que la convivencia enseña a controlar. (...) La libertad no es la ausencia original de condicionamientos (cuanto más pequeños somos, más esclavizados estamos por aquello sin lo que no podríamos sobrevivir) sino la conquista de una autonomía simbólica por medio del aprendizaje que nos aclimata a innovaciones y elecciones solo posibles dentro de la comunidad.

SAVATER, Fernando (1997 ; 95-96) “El valor de educar”. Ariel, Barcelona.


Conceptos de libertad positiva y negativa de I.Berlin(1909-1997)

No nos confundamos con los términos. La libertad "negativa", o la libertad de, es la liberal. Se denomina "negativa" no tanto porque represente lo que con ella uno adquiere cuanto por lo que con ella se restringe; principalmente, la coacción. Uno es libre, en consecuencia, en la medida en que no es coaccionado (o es coaccionado lo menos posible): "La libertad política es, simplemente –afirma Berlin–, el ámbito en el que un hombre puede actuar sin ser obstaculizado por otros".


La libertad "positiva", al oponerse en la práctica a la noción de libertad individual, se deforma en "libertad social", en bruto crecimiento de soberanía popular, en "voluntad general", en "interés general", en "ciudadanía"; esto es: en neto Poder de algunos, en artefacto aglutinador y triturador de personas, en sujeto colectivo que, según Rousseau, "al darme a todos, no me doy a ninguno". El Todo, o la libertad para todos, lapida así materialmente al individuo, a la libertad de cada uno.

lunes, diciembre 18, 2006

Ley de dependencia o Cuarto_Pilar

¿“Cuarto Pilar”?

Ya tenemos “Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia” (30/11/06), y doña Amparo Valcarce la anda publicitando. Bueno es que congresistas y senadores se pongan de acuerdo para algo más que subirse la paga. Hay que felicitarlos.

Sin embargo doña Amparo toma la parte por el todo, como quien coge el rábano por las hojas, con olvido cuco de "los otros dependientes", especialmente de quienes -sin padecer invalidez- sufren una gravísima dependencia económica para lo básico; lo cual les impide desarrollar su potencial humano, la creatividad y hasta el espíritu emprendedor en lo económico. Sobran ejemplos: parados forzosos, mujeres dependientes del sueldo del marido o del amante, jóvenes sin un euro para piso, emanciparse o formar una nueva familia... a estos los ignora la ley que incluye "a todos los dependientes".

La nueva ley supone un incuestionable avance, pero no tanto como nos quiere hacer creer el PSOE. Establece un paquete de servicios denominado "sistema nacional de dependencia" especializado en el sector de población con discapacidad: mayores y discapacitados que no pueden valerse por sí mismos para actividades básicas de la vida diaria, personas con discapacidad intelectual, enfermedad mental y menores de tres años con discapacidades. Dicho sistema es intelectualmente comprensible dentro del auténtico "cuarto pilar" del Estado de Bienestar; que es, según se enseña en Trabajo Social, el conjunto de los servicios sociales "generales" (dirigidos a toda la población) y los "sectoriales" (orientados a atender sectores de población con especiales necesidades, como es el caso). Así que, de ser “pilar”, sería el “quinto”, no el "cuarto" que ya existe y conviene desarrollar. La Nueva denominación se da de coces, sin razón suficiente ni avance teórico que la justifique, con el planteamiento común de los técnicos del Trabajo Social que somos trabajadores sociales. Doña Amparo no escucha a Dña. Rosa Valdeón (PP); tampoco hace caso a Dña. Patrocinio de las Heras, actualmente diputada de la asamblea de Madrid por el PSOE, quien fue Directora General de Acción Social entre 1982 y 1990, y Presidenta del Colegio Profesional de Trabajadores Sociales. Para esta última, dicho “cuarto pilar” son los servicios sociales, no una parte de ellos. Los otros pilares son: la salud, la educación y la seguridad social (Diario de León 29-11-05). Si no me cree, pregunte en los colegios profesionales o a los profesores de Trabajo Social.

Si propongo la innovación de la Renta Básica lo hago basándome en razonadas y profundas aportaciones teóricas y técnicas, como es el caso de la "Teoría Alternativa" de don Ramiro Pinto Cañón. La señora Secretaria de Estado de Asuntos Sociales no aporta nada parecido, sino propaganda vacía de sustancia científica, aunque está bien por su contenido social. A lo más, puede justificar lo de "cuarto pilar" por delante del conjunto de servicios sociales - y como algo substancialmente distinto de ellos- basándose en la enorme dimensión que ocupará en los presupuestos del Estado y las Comunidades Autónomas. Si así hace, logrará poner en evidencia un desequilibrio presupuestario que privilegia la atención de un sector de población (mayoritariamente viejos "asistidos" y sus cuidadores), a costa de no atender otros sectores y áreas de necesidad social, tanto o más acreedores de atención, pero que prometen menos réditos electorales y no permiten maquillar el paro con la creación de empleo precario para la mujer.
Me ahorro analizar la financiación de la ley que, a diferencia de nuestra propuesta de Renta Básica, carece del correspondiente acompañamiento de medidas fiscales estructurales que la hagan sostenible indefinidamente. ¿Con qué pagarán los pobres que no tienen bastantes ingresos? ¿Pagará por ellos el Estado? ¿Lo hará con los fondos obtenidos por el atraco fiscal "progresivo" que cada año se perpetra contra los asalariados, mientras que las ganancias de la especulación siguen sin colaborar al sostenimiento del bien común, o siguen haciéndolo en un porcentaje irrisorio...? Este análisis lo dejo para especialistas en econometría y política presupuestaria.

¿Por qué no promueven una “Ley General de Servicios Sociales” como la General de Sanidad que nos dejó Ernest Lluch? Y, si no les gusta a las comunidades autónomas celosas de las competencias “exclusivas” en materia de “Asistencia Social” (art. 148 CE), que preparen una ley de armonización en materia de servicios sociales, porque así lo exige el “interés general” (art. 150.3 CE).

¿Qué impide iniciar el prometido debate sobre la Renta Básica de Ciudadanía en sede parlamentaria? ¿No encaja con el compromiso del Sr. José Luis Rodríguez Zapatero, en su carta electoral para marzo de 2004: “el crecimiento económico equilibrado, no para beneficio de minorías, sino para lograr una sociedad más justa y próspera para todos”? Ha llegado el momento, pues el Parlamento Europeo ya la admitió a estudio y debate.

Horacio García Pacios (Presidente de ARENCI en León y Castilla, Trabajador social)

viernes, diciembre 08, 2006

Entrevista sobre Renta Basica en Alemania.

Adjunto una traducción de una entrevista, publicada en Sin permiso.
Como vemos en alemania se esta moviendo enormemente la propuesta de la Renta Básica. Los politicos ya comienzan a hablar de ella. Esperemos que los politicos españoles también, se pongan en breve las pilas, y estudien el tema a fondo.


"Con una Renta Básica incondicional será por vez primera posible una igualdad de armas entre las empresas y los empleados"

Sin Permiso/Freitag

Jean-Claude Juncker, el primer ministro luxemburgués, se manifestó la semana pasada partidario de una Renta Básica. Entre los verdes alemanes y los liberales de la FDP [partido liberal alemán] se multiplican las voces que exigen algún tipo de seguridad social básica como gran proyecto conjunto para una futura “coalición Jamaica” [una coalición política verde, amarilla y negra: los verdes, más los liberales, más los democristianos y socialcristianos alemanes]. En vez de cultivar las viejas ilusiones, la izquierda debería ganar perfil en esta discusión, advierte Katja Kipping, la vicepresidente de la Linkspartei-PDS [el partido alemán de la izquierda] en esta entrevista que realizó para Freitag Hans Thie. El debate sobre la Renta Básica está entrando en la Europa Central en una fase en la que pareciera que ninguna fuerza del arco parlamentario puede quedarse al margen. Sirva la entrevista que a continuación se reproduce como ejemplo de sensatez y realismo políticos para quienes alguna vez creyeron que esta original propuesta social iba a quedar al margen de las tradicionales divisiones entre izquierda y derecha.

FREITAG : ¿De quién se siente usted políticamente más cerca, del democristiano Dieter Althaus, que propone una Renta Básica, o del socialista Oskar Lafontaine, que pretende lograr más justicia social por las vías tradicionales ?

Katja Kipping: La idea de una Renta Básica se discute ahora mismo en todos los ambientes políticos sin excepción. Se trata de un gran progreso, difícil de imaginar hace apenas un año. Cuando llegue el momento –esperemos que muy pronto— en que de lo que se hable no sea del “si”, sino del “cómo” se pone por obra una Renta Básica, yo me podré poner de acuerdo mucho más rápidamente con Oskar Lafontaine que con Dieter Althaus.
Mientras llega ese momento, también en lo que toca a la izquierda, hay que recorrer un buen trecho.

Entre muchas gentes de izquierda domina aún la idea de que sólo tiene algún rendimiento quien se presta al trabajo asalariado. Eso es completamente absurdo. A la sociedad le resultan también imprescindibles otras actividades, como el trabajo de cría y educación, o el compromiso público o político honrado, que hasta ahora no han sido crematísticamente recompensadas. También yerra la creencia de que el trabajo asalariado es sin más útil y está cargado de sentido. Piense usted en la industria armamentística, o en procesos de producción gravemente dañinos para nuestro medio ambiente. Igualmente desencaminado va el argumento, según el cual la Renta Básica sería la jauja del consumo salvaje, como ha escrito Ulrik Busch en Freitag. Con 1.000 euros al mes no se aterriza en el país de la Cucaña. De lo que se trata es de posibilitar a las personas una medida mínima de participación en la riqueza social.

Si en el modelo de[l democristiano] Althaus la dotación financiera no se redujera al nivel previsto por el programa Hartz IV, sino que fuera mayor, entonces debería usted preguntarse si está en el partido correcto.

No. Además del monto crematístico, hay otra discrepancia con el modelo de Althaus. Lo que él quiere es substituir todos los sistemas sociales que no pasen por la caja de la sanidad pública por una Renta Básica. Yo, en cambio, no quiero una susbtitución completa, sino más bien un complemento al modelo hoy existente de seguridad y garantías sociales. Por lo demás, nosotros somos el primer partido [alemán] que, al menos como opción digna de ser programáticamente discutida en serio, hemos incorporado la Renta Básica incondicional.

Sin embargo, el grueso tanto de la Linkspartei-PDS como de la WASG [el partido, coaligado electoralmente con la PDS, por la justicia social] sostiene un escenario de reformas distinto. Redistribución de arriba hacia abajo, robustecimiento del poder de compra de las masas, reducción del tiempo de trabajo y más empleo público. Esas son las palabras habituales. ¿Por qué no va usted en la misma dirección?

También yo pugno porque el trabajo asalariado existente se distribuya mejor; también yo estoy a favor de que logremos aumentar el empleo público. Pero no creo que el pleno empleo clásico vuelva a ser posible. Ni la dinámica económica, ni la situación de la política alemana vienen en apoyo de esa opinión. ¿Cómo queremos reformar de raíz el trabajo asalariado o poner por obra un sector público que ofrezca empleo con una dimensión suficiente, si ahora mismo incluso minúsculas correcciones de urgencia, como el aumento a 420 euros de las prestaciones previstas por el programa Hartz-IV, no consiguen mayoría parlamentaria? Mucho más probable es que la idea de una Renta Básica acabe resultando atractiva para las masas y se convierta así en una fuerza material. Si llega a ser mayoritaria entre la población, yo confío en el oportunismo de los partidos para que hagan suyo ese proyecto.

Usted ha mencionado cifras: 475 euros para todos los niños menores de 16 años y 950 euros para todas las ciudadanas y ciudadanos que rebasen esa edad. Eso comporta costos que rondan los 850 mil millones de euros sólo para la Renta Básica incondicional. Aun si, en contrapartida, bajaran algunas prestaciones estatales, queda un volumen de financiación adicional imponente.

¿Ha pensado alguna vez con quién podría usted poner por obra un programa de esa envergadura?
La cuota del estado, es decir, la parte de todos los impuestos e ingresos redistribuidos, subiría manifiestamente: de una magnitud que hoy no llega al 50% a más de un 70%. Eso suena dramático. Pero, por otra parte, hay que tener bien presente que para dos tercios de la sociedad la situación financiera mejoraría. Sólo el tercio más rico quedaría en una situación peor que la actual. La particular charme de una Renta Básica razonablemente realizada consiste precisamente en que no es buena sólo para grupos marginados y estigmatizados, sino también para el entero espectro de unas capas medias poseídas por el miedo al descenso social. La autonomía, en el sentido de poder experimentar con nuevas actividades, resultará accesible a más personas, porque sabrán que, en caso de fracasar, no van a quedar tirados. Incluso para los que hoy tienen empleo la situación será mejor, porque en las negociaciones no podrán ser tan fácilmente chantajeados. Las horas extras y los malos salarios se aceptan ahora porque del transfondo surge, amenazante, el espectro del programa Hartz IV. Con una Renta Básica incondicional será por vez primera posible una ”igualdad de armas“ entre las empresas y los empleados. Habría, pues, muchas personas que se beneficiarían de ella. Y por eso mismo, no debería resultar tan difícil poner por obra una Renta Básica incondicional.

Sin embargo, la máquina de productividad del capitalismo tiene que estar bien engrasada. Si no, quiebra la base que hace posible una Renta Básica incondicional. Por eso habría que reflexionar mucho sobre las cargas a que se somete al tercio más rico de la sociedad y a las empresas. En la II Guerra Mundial, los beneficios empresariales en los EEUU fueron a parar en un 90% al Estado. Que algo parecido pueda ocurrir en tiempo de paz, es cuando menos dudoso.

En ninguna reforma pueden predecirse exactamente los efectos laterales. Pero incluso quienes estarían financieramente mucho más lastrados que hoy dispondrían de una ventaja que no puede subestimarse. Vivirían en una sociedad más humana, más digna de ser vivida. En esa medida, la Renta Básica incondicional debería entenderse cada vez más como suma democrática, como prenda en depósito para una comunidad vital, creativa, en la que las diferencias de ingreso dejan de determinarlo todo. Incluso las gentes instruidas y altamente calificadas tienen ya la experiencia, al menos en su entorno, de lo que pueden significar el paro y la pobreza.
Evidentemente no estamos ahora en tiempo de guerra, al menos militarmente hablando. Pero en lo tocante a la situación social, hablar de tiempos de paz suena tal vez un tanto eufemístico. Pues el hiato que divide a pobres y ricos no deja de ensancharse. Hace mucho que el miedo al paro ha penetrado en las capas medias. Millones de personas que todavía tienen un puesto de trabajo, a causa del demencial ajetreo laboral, se explotan a sí mismas y explotan a las circunstancias familiares. A la larga, eso destruye la sociedad.

Precisamente por eso, los socialistas exigían en el pasado otra sociedad. No los rendimientos del capital, sino el capital mismo es lo que, de acuerdo con esa vieja posición, debería ser socializado con una Renta Básica.

En la RDA [República Democrática Alemana] se dijo hasta 1989 que en la fase de transición al comunismo teníamos que rendir más, para que el día de mañana nos fuera mejor. En vez de comunismo, lo que vino fue un cambio que trajo consigo el desempleo masivo. Hoy se predica algo de todo punto análogo: que primero hay que atravesar el valle de lágrimas, a fin de que impere luego el pleno empleo. En vez de difundir tales promesas salvíficas, yo prefiero luchar por trans formacio nes que, aquí y ahora, mejoren la situación vital de las personas y que, al propio tiempo, tengan el potencial de convertirse en cabeza de puente hacia otra sociedad. Ya se verá si la Renta Básica incondicional acaba siendo, de una u otra forma, el caballo de Troya que allane el camino a una sociedad globalmente distinta. En todo caso, es un buen presupuesto para experimentar nuevas formas de economizar y de vivir.

Katja Kipping es la vicepresidente de la Linkspartei [Partido de la Izquierda alemán]. Hans Thie es un analista político especializado en asuntos económicos que escribe regularmente en el semanario alemán de izquierda Freitag.

Traducción para www.sinpermiso.info : Roc F. Nyerro

sábado, diciembre 02, 2006

SUBVENCIONES AGRARIAS ¿LA RENTA BÁSICA?

La reforma de la PAC (política Agraria Común) está servida, la OMC del azúcar y otras, al establecer un recorte de las subvenciones. Se inicia el «desacoplamiento» (desvinculación) de las mismas respecto de la producción. No es razonable, salvo a los que engordan por esto el patrimonio, que la PAC absorba el 45% de los presupuestos. Pero la reducción de ésta hasta al 35% en 2013 suscita rechazo y aguza el ingenio en busca de alternativas que justifiquen la permanencia de las ayudas a la renta de los poseedores de tierras o negocios agropecuarios. El nuevo marco financiero en Europa entre 2007-2013 prevé invertir millones de euros a precios de 2004: 344.809 en gastos de mercado y subvenciones directas a la producción agropecuaria; y sólo 99.297 para desarrollo rural. La diferencia es considerable: 245.512 a favor de los pagos directos. El desarrollo rural sigue siendo víctima de semejante reparto, y así nos va. ¿Pero es razonable seguir dedicando tanto dinero a incrementar las rentas de un sector de población, habiendo otros tanto o más necesitados? ¿Acaso los parados forzosos y subempleados sin acceso a vivienda digna no merecen más ayuda que el Príncipe de Gales, la Duquesa de Alba o los defraudadores de la leche, del aceite, del lino, de la colza o del algodón?

La fabricación de biodiesel se perfila, en este contexto, como una argucia más para justificar las subvenciones directas a la producción. ¿A cuánto el barril, sumando el coste de la subvención? ¿No hay mejores alternativas para cumplir con Kyoto, descartada la energía atómica? Para los tractores no sirve el motor nuclear... ¿No sería más productivo, a largo plazo, invertir en energía solar, o en la alternativa del hidrógeno propuesta por el economista estadounidense Jeremy Rifkin? Juan Antonio Rodríguez, presidente de Coag León, sospecha que el dinero se lo van a llevar los de siempre. No le falta razón (El Mundo/La Crónica de León, 27/9/06). Además, por esa vía, será imposible parar la sangría de población en el rural. La prensa advierte desde hace años que los pueblos de León se mueren (Diario de León, 16/10/06). Si tan necesario es mantenerlos vivos, que nos paguen un sueldo por vivir en ellos. Verán como la gente acude y no se va. Nuestros políticos deberían ir pensando en aplicar «la prima rural» que sugiere Celedonio Pérez en La Opinión de Zamora (4/10/05). También deberían rectificar las leyes que introducen prohibiciones e impedimentos burocráticos absurdos al libre aprovechamiento de recursos (leña, pastos, manzanilla, orégano, cuadras, etc.) tal como los lugareños acostumbran desde tiempo inmemorial.

La Comisaria Europea de Agricultura, Mariann Fischer Böel, propone “un salario garantizado para los agricultores” (infoagro.com 17-03-2005). También aboga por la simplificación de la PAC, insistiendo en el régimen de pago único que reemplaza la compleja red de subvenciones individuales vinculadas a la producción o a la superficie sembrada. Asimismo sugiere la revisión de la condicionalidad (Abc 5/10/06). Son pasos en la buena dirección, pero insuficientes, porque no modifican la política fundamental. Cediendo el interés público al de los grupos de presión. ¿Hasta cuándo vamos a vivir de subvenciones que ocultan la falta de competitividad?

En diciembre de 2005, una delegación de ARENCI acudió al Ministerio de Agricultura para hablar con los técnicos de una propuesta más audaz que supera las discriminaciones entre sectores de población: La «Renta Básica de Ciudadanía» para todos los europeos de la Zona Euro, con exclusión expresa de los inmigrantes; pues dársela sería deformar el contenido y el sentido técnico de la medida. En dicha delegación acudieron don José Antonio Pérez, coordinador del Observatorio de la Renta Básica de ATTAC-Madrid y don Victoriano Fernández, alcalde de Santa Eufemia del Arroyo (Valladolid). Ramiro Pinto y quien escribe de ARENCI. El Parlamento Europeo admitió a estudio dicha propuesta, vía comisión de peticiones, el pasado verano (Diario de León 3/8/06, El Mundo La crónica de León 19/9/06). En el paquete de medidas fiscales que acompañan a la propuesta se incluye la homologación del IVA europeo, y el establecimiento de la «Tasa Renta Básica» sobre los beneficios de la especulación. Todo en aras de una mayor equidad fiscal y para conseguir los fondos necesarios para implantar la economía social de mercado.

Al final..., para que no sigan llevándose el dinero los de siempre ¿No sería mejor establecer la «Renta Básica Europea»? Con ella podríamos dinamizar el libre mercado y, por el mismo precio, asegurar una fiscalidad más equitativa, una mejor distribución de la riqueza, y aminorar la resistencia a los cambios para adaptarnos sin traumas a la nueva realidad económica, marcada por la globalización y la necesidad de cuidar el medio ambiente, el equilibrio y la sostenibilidad.

La Renta Básica plantea un paso inicial que se aprobó el 10 de Febreo de 2004 en la Comisión Europea, sobre planificación presupuestaria para el periodo 2007-2013, primero hacer que el Medio Ambiente sea un objetivo de las políticas agrarias. Segundo que disminuyan sustancialmente las ayudas al mercado y poner en marcha en lugar de subvenciones un PAGO ÚNICO DESACOPLADO” , que viene a ser una estrategia para lo que planteó la Comisaria Europea de Agricultura, Mariann Fischer Böel, y que hemos apoyado en los organismos oficiales por coherencia. Pues es un paso esencial para establecer la Renta Básica, por coherencia.

Horacio García Pacios (Presidente de ARENCI en León y Castilla, Trabajador Social)

miércoles, noviembre 29, 2006

Miltón Friedman 1912-2006: Una Breve evaluación

Estimados lectores, ante la controversia y los abundantes comentarios del anterior articulo, quisiera, seguir con otro articulo sobre el mismo tema.

Quisiera llamar la atención sobre el problema monetario que plantea este articulo, enlazandolo con el articulo anterior sobre el legado de Friedmann, y que hace mencion a la teoria de Ford.

Para mi opinión es más importante la distribución de la renta, que el control de la inflacción mediante tecnicas monetaristas. Si miramos a los paises más avanzados, estos siempre soportan una mayor carga fiscal, que por ende proporcionan una mayor distibución de la riqueza.

Por eso yo confio más en la fiscalización que en el monetarismo.

Una mayor distribucion de la riqueza no implica adoptar medidas keynesianas. La distribución de la riqueza enlaza con una mayor calidad de vida social y un mayor bienestar general. De ahi que la Renta Básica sea una medida, que proporcione una estabilidad al sistema economico, al ser una costante de distribución.

Con una constante de Ingresos la inflación sera provocada por la oferta y la demanda, del mercado, por lo que deberia resolverse por el propio mercado, no mediante el encarecimiento del dinero. Como bien se argumenta en el articulo siguiente el dinero es neutral.



Milton Friedman 1912-2006: Una breve evaluación
Richard Du Boff
Zmag
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El núcleo de la filosofía económica de Milton Friedman, de la que provino todo lo demás, fue la proposición de que “la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario. “Díganme con qué rapidez se permite al gobierno que aumente el suministro de dinero, y les diré cuánta inflación infligirá a la economía de libre empresa – la que, a propósito ha existido siempre en USA.” “El hecho más importante sobe el monopolio empresarial es su relativa falta de importancia desde el punto de vista de la economía en su conjunto,” escribió Friedman en 1962. “Hay unos cuatro millones de empresas que operan separadamente en USA; unas cuatrocientas mil nuevas nacen cada año; una cantidad más pequeña muere cada año... En casi toda industria que uno pueda mencionar, existen gigantes y pigmeos lado a lado.” Mantengan de todas maneras al gobierno fuera de la economía y de las finanzas, comenzando por su monopolio del dinero de la nación, y nuestro sistema competitivo de libre empresa florecerá.
El triunfo definitivo de Friedman, dice la mayor parte de los artículos sobre su vida, tuvo lugar en los años setenta, cuando supuestamente refutó las políticas económicas de John Maynard Keynes. “Incluso cuando lo proscribían como alguien que se negaba a ver la realidad en asuntos económicos,” escribe Holcomb Noble en The New York Times (17 de noviembre), “predijo en los años sesenta que se acercaba el fin del auge económico. Cuenten con que aumentará el desempleo, dijo, y que la inflación aumentará, al mismo tiempo. La predicción se cumplió en los años setenta. Fue Paul Samuelson el que llamó al fenómeno stagflación. El análisis y la predicción del señor Friedman fueron considerados como un logro intelectual sorprendente y contribuyeron a que obtuviera el Premio Nobel por sus teorías monetarias.” Greg Ip y Mark Whitehouse (Wall Street Journal, 17 de noviembre) agregan que “Junto con el economista Edmund Phelps, el ganador del Premio Nobel de este año, el señor Friedman desarrolló también en los años sesenta la teoría de que los que deciden la política no podrían mantener un bajo desempleo permitiendo una inflación mayor. Este punto de vista influye en los principales bancos centrales en la actualidad, incluyendo a la Reserva Federal, ayudó a derrotar la inflación en los años setenta y preparó el ambiente para la baja inflación y el bajo desempleo en los años noventa y en la actualidad. Paul Volcker, que llegó a ser presidente de la Reserva Federal en 1970, fue el que puso en práctica la teoría monetarista, adoptando objetivos de suministro de dinero que elevaron las tasas de interés a niveles de dos cifras, sumió a la economía en una profunda recesión, y terminó por reducir drásticamente la inflación.”
Hablando del rápido aumento de los precios del petróleo como resultado de los recortes en la producción de la OPEC que comenzaron en octubre de 1973, Friedman dijo en 1974: “La crisis mundial ha pasado ahora su clímax. La cuadruplicación inicial del precio del petróleo crudo después de que los árabes redujeron la producción fue una reacción temporal que ha estado generando su propia cura. Los precios más elevados indujeron a los consumidores a economizar y a otros productores a aumentar la producción... A fin de mantener altos los precios, los árabes habrían tenido que restringir a cero su producción; no podrían mantener por mucho tiempo el precio mundial del crudo a 10 dólares por barril. Mucho antes de llegar a ese punto el cartel se derrumbaría.” (Newsweek, 4 de marzo de 1974).
En otras palabras, el dinero es “neutral”: ya que los aumentos en el precio del petróleo, o de cualquier otro precio, no producen un aumento en el acopio de dinero, no producirán inflación. Por lo tanto, aunque el cartel OPEC estaba aumentando sus precios, el mundo no sufriría, porque todos los demás bienes seguirían siendo producidos – y vendidos a precios más bajos. El precio promedio de los bienes en general cambiaría muy poco; la inflación sería insignificante; y no ocurrirían pérdidas reales de producción o de empleos.
Los precios del petróleo se situaban entre 3 y 4 dólares por barril antes del otoño de 1973; subieron a 14 dólares por barril en 1978 y a 35 dólares en 1981 – una “crisis” de ocho años según todas las pautas. Desde 1979, la Reserva Federal de USA, bajo Volcker, trató de hacer retroceder la inflación, no mediante el establecimiento de modelos de suministro de dinero (que en todo caso son difíciles de lograr) sino aumentando las tasas de interés a niveles récord. El resultado fue una severa recesión, que duró desde mediados de 1980 hasta 1982 – la depresión más prolongada desde los años treinta. Mientras la economía se contraía, el desempleo aumentaba, sólo porque la Reserva Federal aplicó un torniquete a la economía – no, como predijo Friedman en los años sesenta y setenta, porque el gobierno estaba creando y gastando demasiado dinero en la errónea creencia keynesiana de que podría estimular la economía y reducir la tasa de desempleo. “Cuenten con que el desempleo crecerá, dijo [Friedman], y la inflación aumentará, al mismo tiempo” (señala Noble del Times).
En realidad, mientras la tasa oficial de desempleo aumentó de un 5,8% en 1979 a un nivel récord en la posguerra de un 10,8% a fines de 1982, el suministro de dinero disminuía dramáticamente, creciendo un 13,3% en 1979 y sólo un 3,8% en 1982. También podría preguntarse por qué una Reserva Federal friedmanita habría permitido algún crecimiento en absoluto del dinero mientras los niveles de precio aumentaban.

Lo que sigue es el cuadro de cómo se veía la relación entre el suministro de dinero y la inflación que supuestamente se siguen de cerca, durante el tiempo del triunfo de Friedman:

En 1977 hasta 1981: El suministro del dinero aumentó en un 32%, los precios en un 50%.
En 1982 hasta 1986: El suministro del dinero aumentó en un 53%, los precios en un 14%.
Y después:
En 1983 hasta 1992: El suministro de dinero aumentó en un 97%, los precios en un 41%.
En 1993 hasta 2004: El suministro de dinero aumentó en un 21%, los precios en un 31%.

A partir 1990, la mayoría de los economistas y de las autoridades financieras creyeron que el suministro de dinero debería ser medido como “M2,” lo que incluye no sólo a la moneda (efectivo) en manos del público y de las cuentas bancarias de cheques (“M1”, como mostrado arriba), sino también cuentas de dinero del mercado y depósitos de ahorro. Según esa medición los valores desde 1993 hasta 1994 se verían sustancialmente diferentes (los otros tres períodos no): El suministro de dinero M2 aumentó un 84%, los precios un 31%.
En cuanto al legado de Milton Friedman, pocas veces en la historia se ha acumulado tanto encomio en tan poco. No precisa para juzgar el resto del edificio totalmente antiestatal de Friedman (no tengo el estómago) – su oposición a toda forma de regulación y de gastos gubernamentales (excepto los militares), su oposición a la educación pública y a la Seguridad Social... y su papel como asesor económico del régimen de Pinochet en Chile que realizó un golpe en 1973 contra el presidente democráticamente elegido, Salvador Allende. Pero el golpe, para Mr. Friedman “no fue más que un bache en la ruta,” nos asegura Noble del Times, aunque uno se pregunta de qué ruta se habrá tratado.
http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=10&ItemID=11445

viernes, noviembre 24, 2006

El Legado de Milton Friedman

Este articulo ha sido publicado en la Tribuna del Diario de León(23.11.2006). Considermos que es un articulo muy interesante, de ahi que lo traslademos a este Blog.


El legado de Friedman

LA VELETA

ANXO GUERREIRO

LA PASADA semana falleció Milton Friedman, uno de los más influyentes economistas del pasado siglo. Su figura y su pensamiento, objeto de las más duras controversias, son inseparables de la deriva neoliberal del capitalismo moderno y de sus devastadoras consecuencias económicas y sociales. Después de la segunda guerra mundial, el capitalismo vivió treinta años de crecimiento regular en un clima de estabilidad sorprendente y de progreso social constante. Ello se debió a que fueron respetadas las tres grandes regulaciones que existían en todos los países desarrollados.
La de Kaynes (utilización de las finanzas públicas para amortigüar las oscilaciones del sistema). La de Beveridge (asegurar la protección social).
Y la de Henry Ford (salarios elevados para garantizar el consumo).

El resultado fue un cuarto de siglo de crecimiento más o menos lineal. Entonces se produjo un acontecimiento intelectual inaudito. Un grupo de profesores de Chicago, encabezados por Friedman, elaboró una nueva doctrina según la cual el mundo, tras milenios de pobreza, era por fin rico. Según Friedman, ello se debía a que se había inventado un motor eficaz, el capitalismo y la libre empresa, y un potente carburante, el beneficio. Y cuanto más beneficio se consiguiese, mayores serían los logros del sistema. Librémonos entonces de los impuestos, de los obstáculos que para el mercado representan los servicios públicos y la Seguridad Social, y de las múltiples reglas que limitan el beneficio acumulable de las empresas. Sea cual sea la actividad en cuestión, el equilibrio alcanzado por el mercado es el mejor posible y cualquier intervención pública sólo puede deteriorarlo. Ese era el núcleo duro del discurso de Friedman.

Esta filosofía simplista, que aboga por el afán de ganancias, la reducción de impuestos y la disminución de la influencia del Estado, logró la adhesión de los patronos de la economía y las finanzas en un tiempo récord. Posteriormente las fuerzas políticas, los Gobiernos y las más diversas instituciones se sumaron masivamente a esta doctrina en Norteamérica, Europa, Japón y los dragones asiáticos.
Treinta años después, las tres grandes regulaciones han desaparecido, los ricos se han enriquecido todavía más, las desigualdades se han ahondado profundamente tanto entre el Norte y el Sur como en el interior de todos nuestros países, la pobreza masiva ha reaparecido en los países desarrollados, la protección social se erosiona en todas partes, los servicios públicos están amenazados, el sistema se ha vuelto inestable y ha registrado seis grandes crisis financieras en quince años, todas ellas, hasta el momento, contenidas en el marco regional, y elagotamiento de los recursos y la contaminaciónprogresan inexorablemente.

Tal es el terrible legado de Milton Friedman.

viernes, noviembre 17, 2006

Ricos, grandes empresas y multinacionales ganan

Nuestros compañeros de ATTAC, han hecho público, un comunicado referente a la nueva reforma fiscal, recientemente aprobada por el Gobierno de Zapatero.

Nos hacemos eco, de parte de sus demandas, sobre todo, en referencia a ese 23% del PIB, que se escapa al fisco y que supone mucho más de la pequeña rebaja que se hace a los ciudadanos en el IRPF. Esto nos daría margen para la creación de la Renta básica y el desarrollo de el estado de bienestar.

Poco hacen todos los gobiernos por que aflore toda la economía sumergida de nuestro país, que se encuentra en la bolsa y en la vivienda, dos de los tres motores de la economía en plena burbuja. El tercer motor es el consumo, que con el aumento de las hipotecas y el IPC, pronto no carburara adecuadamente y que es necesario gravar para crear un sistema económico sostenible.





La reforma fiscal de Zapatero
Ricos, grandes empresas y multinacionales ganan, la ciudadanía pierde

ATTAC-España

El Congreso aprueba la “Ley del impuesto de la renta sobre las personas físicas y de modificación parcial de las leyes sobre los impuestos de sociedades, sobre la renta de no residentes y sobre el patrimonio” y la “Ley de medidas para la prevención del fraude fiscal”
El Congreso de los Diputados aprobó el 2 de Noviembre de 2006 dos leyes de suma importancia para la ciudadanía española, dos leyes que son claves en la presente legislatura y que regulan, una el régimen fiscal y la otra los mecanismos de prevención del fraude fiscal.
La ley que orienta la reforma fiscal pretende incentivar el crecimiento reduciendo la presión fiscal muy especialmente sobre las capas altas, esto supone reducir los impuestos a las rentas del capital en detrimento de las del trabajo.
a) Consolida la aplicación de un tipo único de un 18% para las rentas del capital, que en general es significativamente inferior a la media de las rentas del trabajo. A las rentas del trabajo se les seguirá aplicando una escala progresiva, lo que no se hará con las del capital.
b) Reduce el impuesto de sociedades del 35% al 30% para las grandes empresas y a un 25 para las medianas y pequeñas.
c) Reduce el tipo máximo del IRPF del 45% al 43% y de 5 a 4 los tramos impositivos.
Esta ley disminuye la equidad y la progresividad del sistema fiscal (que pague más quien más tenga) y refuerza las reformas de gobiernos anteriores, cargando más la presión fiscal sobre los trabajadores asalariados y autónomos y los pequeños empresarios. Reducirá en 6000 millones de euros anuales la capacidad recaudatoria del Estado, significará necesariamente un aumento de los impuestos al consumo y mermará los recursos necesarios para financiar los servicios sociales en España y en general las políticas públicas de bienestar.
Hay que decir que la presión fiscal en España está 5 puntos por debajo de la media europea y que también el presupuesto de servicios sociales en España está 6 puntos porcentuales por debajo de la media europea, en relación al PIB (producto interior bruto). Aun así todo augura que los efectos de la ley obligarán a corto plazo a reducir el gasto público del que se benefician una mayoría de ciudadanos.
En lo referente a la Ley de Prevención del Fraude Fiscal hemos de decir que Attac la valora positivamente como un intento de perseguirlo en España, que según estimaciones solventes, supone alrededor del 23% del PIB de nuestro país. Pero quiere señalar, con toda firmeza, que de la actitud de la Agencia Tributaria y del propio Ministerio de Economía y Hacienda, no se desprende una voluntad clara de acabar con él, con la evasión de capitales y con la economía sumergida. La insuficiente dotación de medios técnicos – humanos y materiales- de que los servicios de Inspección adolecen, tanto hoy como previsiblemente en el futuro próximo - a juzgar por lo que al respecto reflejan losPresupuestos Generales para 2007- nos hace albergar escasas esperanzas respecto a la erradicación progresiva de tan elevado volumen de fraude sea una realidad”.
Así que no es de extrañar que la mitad aproximadamente de los billetes de 500 € circulen en España, o que la economía sumergida en España signifique más del 23% del PIB, o que prácticamente todas las inmobiliarias acepten sin problemas el dinero negro, o que las grandes empresas no puedan ser investigadas por falta de medios humanos de inspección, o bien que, a estas horas, todavía el Ministerio de Economía y Hacienda no haya hecho una apreciación del monto del fraude fiscal en nuestro país.

Pero no solo investigar el fraude en estas condiciones es imposible, también resulta un “brindis al sol” la normativa que trata de regular las medidas de prevención del blanqueo de capitales (Ley del 2003 y Reglamento de 2005) En ese sentido el Servicio para la Prevención del Blanqueo de Capitales (Sepblac), órgano ejecutivo de la Comisión de Blanqueo, compuesta por representantes de varios ministerios y que depende presupuestariamente del Banco de España, sólo investigó a 14 entidades financieras de las 6.500 censadas en España (según valoración del GAFI, Grupo de Acción Financiera Internacional). O bien, también valora el GAFI que no hay una mínima supervisión de las actividades que desarrollan los despachos de abogados, notarías, inmobiliarias, registradores, asesores, joyeros y casinos, hasta hace poco se dedicaban para todos ellos sólo dos inspectores para toda España, ahora ha aumentado a cuatro. El número de comunicaciones sobre operaciones sospechosas entre los años 2001 y 2004 se redujo a la ridícula cifra de 18.
Y son estas profesiones de mucho riesgo y de obligada inspección, ya que sobretodo en el caso de notarías e inmobiliarias son sectores sensibles a operaciones relacionadas con clientes residentes en Paraísos Fiscales. Y es en este sentido que ATTAC pidió al Gobierno Español en 2005 y como medida necesaria para combatir la evasión, el blanqueo de dinero y el fraude fiscal, que formule leyes que impidan que sean reconocidas por el ordenamiento jurídico español las sociedades mercantiles y entidades financieras registradas en estos Paraísos Fiscales, eso sí sin respuesta alguna del Ejecutivo.
EN CONCLUSIÓN:
Attac quiere informar a la ciudadanía que:La ley que despliega la reforma fiscal es una ley regresiva que significará una sociedad más desigual, con menos servicios públicos y menos cohesionada. Que la apuesta normativa del Gobierno para prevenir el Fraude Fiscal no será efectiva si no existe una mayor voluntad política que se traduzca en promover medios humanos para la supervisión fiscal de las grandes empresas, que son las que menos se inspeccionan, así como de despachos de abogados, notarías, registradores de la propiedad, etc… Tampoco será efectivo mientras el Gobierno no ponga medios para controlar la evasión y el fraude fiscal vía Paraísos Fiscales identificados en la OCDE.En general se confirma que son los ciudadanos de a pie los que pagan el grueso de los impuestos.
ATTAC-España - 8 de noviembre de 2006

martes, noviembre 14, 2006

CURSO DE DERECHOS HUMANOS Y RENTA BASICA

Desde ARENCI, nos comunican los siguientes eventos, organizados por la Red Renta Básica, por si algun lector esta interesado.


Del 20 al 24 de noviembre se realizará el curso organizado por la Red Renta Básica y el Institut de Drets Humans de Catalunya cuyo detalle se puede obtener en http://www.nodo50.org/redrentabasica/index.php.

Del 20 al 24 de novembre es realitzarà el curs organitzat per la Xarxa Renda Bàsica i el Institut de Drets Humans de Catalunya el detall del qual es pot obtenir a http://www.nodo50.org/redrentabasica/index.php.

Red Renta Básica
Xarxa Renda Bàsica
http://www.redrentabasica.org/



Programa del VI Simposio de la Renta Básica

Universidad de Santiago de Compostela y Red Renta Básica

Día 30 de noviembre, de 16:30 a 17:30 horas:
Presentación(Ramón Máiz y Daniel Raventós)

Mesa día 30, de 18 a 20:30 horas:
“20 años de debates sobre la Renta Básica: balance filosófico y perspectivas”

Moderador: Luis SanzoAntoni Domènech (Universitat de Barcelona)
Ramón Máiz (Universidad de Santiago)
David Casassas (Universidad de Louvain)
María José Añón (Universitat de València)
José Antonio Noguera (Universitat Autònoma de Barcelona)
José Luis Rey (Carlos III de Madrid)
Luis Moreno (CSIC)

Día 1 de diciembre, Mesa de la mañana (10 a 12:30h):
“20 años de debates sobre la Renta Básica: balance político y perspectivas”
Moderador: Francisco RamosRubén Lo Vuolo (Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas, CIEPP, de Buenos Aires, Argentina)
Daniel Raventós (Universitat de Barcelona)
Imanol Zubero (Diversidad del País Vasco)
Ricard Gomà (Universitat Autònoma de Barcelona)
Sara Berbel (Institut Català de la Dona)
Santiago Lago (Universidad de Vigo)

Día 1 de diciembre, Mesa de la tarde (16:30 a 18:30)
“¿Cómo ven la Renta Básica algunos agentes sociales de Galicia?”

Esta mesa estará formada por algunos representantes de partidos, sindicatos y movimientos sociales gallegos.

Habrá también una pequeña presentación de la revista Basic Income Studies

jueves, noviembre 09, 2006

Mensaje al XI Congreso Internacional de la Red Mundial de la Renta Básica

Adjuntamos un interesante mensaje del Presidente de Brasil en el XI Congreso Internacional de la Red Mundial de la Renta Básica. Extraido de la Pagina Web: www.sinpermiso.info.



Mensaje al XI Congreso Internacional de la Red Mundial de la Renta Básica
Luiz Inácio Lula da Silva · · · ·
·

05/11/06


Mensaje del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva al XI Congreso Internacional de la Red Mundial de la Renta Básica, que se realiza estos días en Sudáfrica.
Brasilia, Octubre de 2006.

- Señoras y señores:

Me dirijo a los participantes del XI Congreso de la Red Mundial de la Renta Básica para saludarlos en mi nombre, en el del Gobierno y en del pueblo brasileño.
Considero de la mayor relevancia la realización de encuentros como éste, porque en ellos se discute una de las cuestiones que deben ser prioritarias en la agenda de los gobernantes de todos los países: la eliminación total del hambre y la miseria en el planeta. Es inadmisible que todavía subsista el flagelo del hambre, considerando todos los recursos naturales de que disponemos y la producción alimenticia industrial en el mundo. Por eso, son muy loables las discusiones como las que tendrán lugar en este encuentro, que ciertamente inspirarán a los dirigentes políticos a adoptar medidas que acuerden con las resoluciones que saldrán del mismo.

En toda mi trayectoria política, me acompañó la idea fija del derecho de todos los ciudadanos a tener, por lo menos, tres comidas diarias. Tomaba como base mi propio país, el Brasil, donde una gran parte de sus habitantes están desnutridos por no poder alimentarse adecuadamente, siquiera una vez al día con regularidad. Eso no podía continuar y alcanzar aquella meta fue uno de los motores que impulsaron mi obstinada lucha por llegar a la presidencia de la República Federal del Brasil.

Llevado al poder por la voluntad de la amplia mayoría de nuestro pueblo, me lancé directamente a la tarea de institucionalizar la garantía de una renta mínima que posibilitara a las familias poder alimentarse adecuadamente. Así, finalmente en enero de 2004, después de su aprobación por el Parlamento brasileño, aquella garantía pasó a tener estatus legal con vigor a partir de 2005. Entretanto, no esperé la oficialización de la renta mínima: ya al iniciar nuestra administración, en 2003, creamos el programa “Hambre Cero”; realmente, un conjunto de programas que tendían a mejorar la condición de vida de la gente, particularmente a dos millones de necesitados. Uno de esos programas fue denominado “Bolsa-Familia”, que pretendía proporcionar auxilio mensual en dinero para las familias pobres con el propósito de complementarles la renta y de ese modo garantizar a sus miembros alimentación apropiada y cubriendo las necesidades básicas. Ese beneficio exige algunas contrapartidas, como la presencia de los niños y niñas en la escuela.

Luego de casi cuatro años de funcionamiento de la “Bolsa-Familia”, lo que vemos con mucha alegría, es la reducción de los niveles de miseria y una mejora en la condición de vida de las familias al punto que miles de ellas ascendieron a la clase media. La renta mensual de los beneficiarios del programa aumentó en 21 por ciento, de acuerdo a la encuesta realizada al final de 2005. El relevamiento muestra que 61,7 por cieno de los adultos y 66 por ciento de los niños y niñas que participan del programa acceden a tres o más comidas todos los días. Finalmente, como no podía ser de otra manera, las familias apoyaron positivamente el programa.
Estudios anteriores revelaron que la “Bolsa-Familia” tiene impacto positivo también en la renta de los municipios brasileños. Según la encuesta, en algunas localidades, el programa llega a representar más del 40 por ciento del total la renta municipal. Se dinamizaron las economías de las pequeñas ciudades, porque los productos consumidos por las familias son adquiridos predominantemente en el comercio local.

No me considero totalmente satisfecho, todavía. Aún falta mucho por hacer para lograr la meta ambiciosa – que continuando persiguiendo – de erradicar el hambre en Brasil.
Entre tanto, entiendo que estamos en el camino correcto. Juntamente con otras acciones gubernamentales y de organizaciones privadas que han implementado proyectos generadores de renta, creemos poder avanzar todavía más en la dirección de nuestro objetivo final.
Deseo a los participantes de este encuentro trabajos muy productivos, al final de los cuales ciertamente surgirán propuestas que contribuirán efectivamente para la disminución, la mayor posible, de la pobreza en la Tierra.

Reciban todos mi fraternal abrazo: Luiz Inácio Lula da Silva

Traducción para www.sinpermiso.info: Carlos Abel Suárez

domingo, noviembre 05, 2006

Rentas de indigencia en los estatutos autonómicos

Adjunto una tribuna de José Antonio Pérez, publicada en el Diario de León el(21.10.2006), y que nos describe muy bien, las últimas inclusiones en los estatutos de la Renta Básica, y la problematica existente con su denominación.

Tribuna

UNA moda causa furor entre los redactores de los estatutos autonómicos. Consiste en incluir en el articulado una mención al derecho de los pobres del respectivo ámbito territorial a percibir una renta básica. Este aspecto, en el que algunas lecturas apresuradas han querido ver un signo de gran progreso social, no constituye otra novedad que la puramente semántica. Pues, de hecho, se trata de una cláusula que, haciendo un uso nominalmente oportunista de una idea mucho más liberadora de la que más adelante se hablará, no aporta nada nuevo al campo de los derechos ciudadanos, limitándose a dejar las cosas tal como estaban antes.

El Estatuto de Cataluña, en su Art. 24.3, dispone que: «Las personas o las familias que se encuentran en situación de pobreza tienen derecho a acceder a una renta garantizada de ciudadanía que les asegure los mínimos de una vida digna, de acuerdo con las condiciones que legalmente se establecen.» Por su parte, el proyecto de Estatuto de Andalucía, en su Art. 23.2, afirma que «Todos tienen derecho a una renta básica que garantice unas condiciones de vida digna y a recibirla, en caso de necesidad, de los poderes públicos con arreglo a lo dispuesto en la ley».

Al aludir a una renta garantizada de ciudadanía restringida sólo a los pobres, el texto catalán es manifiestamente equívoco. Para que la renta básica merezca el apellido ciudadano una elemental lógica exige que sea un derecho garantizado a toda la ciudadanía, y no sólo a los que están en situación de pobreza. Pues, apurando el hilo dialéctico, la vinculación entre ciudadanía y pobreza conduciría al absurdo de que sólo los pobres tuvieran consideración de ciudadanos. La introducción de cláusulas similares en los estatutos andaluz, valenciano y otros supone que los políticos de cada «realidad nacional» concreta han tomado el rábano por las hojas, y en vez de ir a la raíz de las cosas se limitan a cambiarle la etiqueta a algo que ya existe. Aprovechando la vasta amplitud semántica que ofrece una expresión como «renta básica», la celebrada novedad estatutaria no es más que una pirueta lingüística que consolida esas rentas de indigencia que concede el auxilio social heredero de las Poor Laws, las Leyes de Pobres Isabelinas promulgadas en la Inglaterra de 1597.

Con mayor o menor cicatería, los servicios sociales de las distintas administraciones autonómicas ya conceden prestaciones dinerarias a las personas que acreditan hallarse en situación de acusada pobreza. Circunstancia que los interesados deben demostrar sometiéndose a las severas y a menudo humillantes inspecciones de dichos servicios. Es lo que en el argot asistencial se conoce como prueba de recursos (means test). Son prestaciones inspiradas por ese principio de la hipocresía política que persigue la «inserción social» de los afectados.

Parece haberse olvidado que un genuino ciudadano no necesita ser «insertado» en ningún lugar, pues forma parte por propio derecho del cuerpo social en el que reside la soberanía. Por ello, frente a ese tipo de renta de indigencia que los estatutos autonómicos se empeñan en mantener, en el debate social cobra cada vez mayor fuerza la propuesta de un ingreso incondicional. Ello se traduce en una auténtica renta de ciudadanía pagada con carácter universal, que ofrezca a toda persona la garantía de que no le ha de faltar un suelo material mínimo sobre el que construir una vida en libertad. Y no estará de más recordar que, más allá de la libertad formal invocada por los nominalistas, la libertad real de una persona sólo es posible cuando puede vivir sin permiso de otros. Las ayudas de beneficiencia no dejan de ser un permiso de circulación condicional.

Una renta que no tenga la contrapartida del trabajo suscita abundantes críticas, que invocan el tópico fácil de la holgazanería. Sin embargo, en un artículo publicado en la revista Boston Review, el nobel de Economía Herbert A. Simon sostiene que, probablemente, no menos de un 90% de los ingresos generados en las sociedades ricas depende no de la productividad individual, sino del capital social. De manera que no carecería de fundamento moral abogar por un impuesto sobre la renta con tipos elevados, que devolviera la riqueza a sus auténticos propietarios: el cuerpo social en su conjunto. Es un argumento de peso para una renta de ciudadanía cuya función esencial sea la de distribuir entre todos los miembros de la sociedad una riqueza que es el resultado de las fuerzas productivas de la sociedad en su conjunto y no de una simple suma de trabajos individuales.

En definitiva, el concepto de la renta básica adopta la forma de una renta garantizada de forma incondicional a todos los individuos, sin necesidad de someterse a una prueba de recursos o de estar realizando algún tipo de trabajo. Se trataría de un ingreso pagado por el Estado a cada miembro pleno de la sociedad de forma absolutamente incondicional. Lo que implica que lo recibirá cada persona:
a) incluso si no quiere trabajar;
b) sin tener en cuenta si es rico o pobre;
c) sin importar con quien vive;
d) con independencia de la parte del país en la que viva.

Exactamente igual que el derecho al voto. Según el Instituto Nacional de Estadística, el 19,9% de la población española vive en situación d e pobreza relativa. El umbral de pobreza se sitúa en 5.177 euros anuales o 431 euros mensuales. Pues bien, uno de cada cinco españoles malvive con menos de esa cantidad. Y no estamos hablando de mendigos, sino de desempleados de larga duración y pensionistas, es decir, ciudadanos perfectamente integrados en una sociedad a la que han aportado lo mejor de sus esfuerzos vitales.

Y lo más sangrante de todo es que estamos hablando de 8,5 millones de ciudadanos pobres por decreto, puesto que, tanto los subsidios de desempleo como las pensiones mínimas, se fijan por el Gobierno a través de Decretos Leyes sancionados por el Rey.
Promete el proyecto andaluz que su renta básica se otorgará con arreglo a lo dispuesto a la ley. Lo cual hace temer lo peor, a la vista de un precedente como el de la Ley 4/2005, de 28 de octubre, del Salario Social Básico, vigente en el Principado de Asturias: «Se entiende por salario social básico la prestación económica periódica dirigida a las personas que carezcan de recursos económicos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, sobre la base de la unidad económica de convivencia independiente» (art: 3.1).
No cabe la menor duda de que se trata claramente de una ley de pobres, no de ciudadanos, puesto que el primer requisito exigido es el de carecer de recursos económicos. Con el agravante de que, hablando coloquialmente, esta ley no saca de pobre al recepto de la ayuda: «El importe de la prestación del salario social básico cubrirá la cantidad necesaria para completar los recursos de la unidad de convivencia hasta alcanzar las siguientes cuantías mensuales [¿] a) para una sola persona perceptora se establece un módulo básico de 365 euros mensuales» (art: 4.1).

Dicho de otro modo, si el interesado no tiene ningún ingreso percibirá 365 euros mensuales. Y en caso de que tenerlo, la diferencia hasta dicha cantidad. Está claro que se le condena por ley a malvivir por debajo de los 431 euros del umbral de pobreza.Más generosa es la «renta básica condicional» que paga el Gobierno vasco a los pobres de su territorio. Garantizando el 87% del Salario

viernes, octubre 27, 2006

Como arreglar la economía mundial

Hace pocos días se ha publicado en El Mundo/La Crónica de León un interesante articulo de Joseph E. Stigitz. Pasamos a continuación a la realización de un comentario al respecto y tras él publicamos el artículo en cuestión.


Comentario
Un defecto que suelen padecer los economistas es que se dedican a realizar funciones de notarios, analizan la situación dando fe con sus estudios, pero no se suelen mojar y dar una solución al problema.

Este artículo es una excepción y aprovechamos un brillante análisis de un economista premio nobel para ilustrar nuestras propuestas.

La globalización pone contra las cuerdas a las antiguas recetas, es por ello necesario superar a Keynes, mediante recetas que liberen la economía mundial y la interdependencia entre países.

Esto solo es posible mediante un acuerdo internacional, y solo será posible si se desbloquean las negociaciones del comercio mundial. Para ello es necesario crear un marco de libre mercado efectivo, cosa que actualmente es imposible. Debido al proteccionismo de los países ricos.

El problema que nos aqueja es que ya no se puede seguir manteniendo la antigua formula, de sustentar nuestra sociedad del bienestar con los impuestos a la producción, alejando la competencia con aranceles.

La libre competencia solo se da si existe igualdad fiscal y esta solo es posible si se cambia el modelo fiscal mundial y se modifica el pensamiento único imperante.

¿Como? Mediante impuestos que sean internacionalmente neutrales. No nos debemos de olvidar que en China, India y Oriente, se encuentran nuestras empresas deslocalizadas que fabrican para Estados Unidos y Europa, por lo tanto esto siempre generará un déficit fiscal y comercial, que no es solo un problema de EEUU. Lo es de todo Occidente, de hecho el mismo problema lo tiene España. Y el resto de países europeos como Alemania ven como año a año su favorable balanza comercial va decreciendo.

Lo importante no es solo donde se fabriquen los bienes, puesto como bien afirma el profesor Götz Werner, la deslocalización hace que en los países destino se creen puestos de trabajo y con los puestos de trabajo se generan sueldos, que revierten en el consumo de esos países, aumentando su calidad de vida. Se crea mercado. Pero siempre habrá deslocalización cuando en nuestro país a una empresa la obligamos a pagar con un 40% del precio del producto para financiar el estado de bienestar y si se deslocaliza esta en el extranjero esto le supone una enorme rebaja de costes. Siempre tendremos problemas, sobre todo las Pymes y los pequeños empresarios que suponen el mayor tejido productivo de nuestro país, que no se pueden deslocalizar, son los que tienen enormes problemas para competir con las empresas deslocalizadas.

El problema de fondo es que para que la economía funcione correctamente hay que incidir en el motor de la economía y este es el consumo. Por lo tanto si en vez de gravar lo que se produce en el país, se grava el consumo del país mediante el IVA. Nos encontramos ante un impuesto neutral con el país de origen y que no afecta al producto en destino al posibilitar una competencia real entre empresas competidoras. Los estados de bienestar se financiarían mediante un impuesto, neutral, flexible, solidario, proporcional y justo. Dinamarca posee un IVA de un 30%, los países escandinavos de un 25%, por eso son más competitivos. Puesto que al incrementar el IVA, pueden reducir los impuestos que lastran a sus trabajadores, industrias y empresas. Haciendo que estas sean más eficientes y productivas.

Quien más consume más paga, es cierto que los pobres consumen más en proporción a sus ingresos, pero también es cierto que el IVA, se puede modular según los productos. Las empresas también consumen y los empresarios invierten a través del consumo. Es decir todo el mundo gasta y el que más gana más invierte y gasta. Por lo tanto más contribuiría al bienestar social. Este impuesto seria solidario, todos somos consumidores, el que más consume, mas recursos utiliza, a mayor IVA más dinero se aporta a la sociedad para el mantenimiento de las infraestructuras.

El segundo problema que aqueja a la economía mundial es que las plusvalías han de gravarse en el país y en el momento donde se originan, no en el país donde tenga el domicilio social la empresa, esto eliminaría todos los paraísos fiscales así como la doble imposición a la que se ven sometidas muchas empresas. Se dispondría de unos recursos enormes, que se podrían destinar a financiar la Renta Básica a nivel mundial. Creando una economía mundial al permitir el consumo a todo el mundo al desvincular los ingresos del trabajo. De esta forma se podrá meter en cintura el proceso de globalización, de lo contrario nos veremos abocados a guerras por los recursos, mientras solo consumen los países ricos, y los pobres se ven obligados a emigrar y a financiar a los que devoran los recursos naturales, donde en los países pobres apenas tienen para comer.



Cómo arreglar la economía mundial


JOSEPH E. STIGLITZ

La reunión que en el mes pasado celebró el FondoMonetario Internacional (FMI) en Singapur llegó en un momento de creciente preocupación sobre la sostenibilidad de los equilibrios financieros internacionales: ¿durante cuánto tiempo va a poder sostener la economía mundial el astronómico déficit comercial norteamericano (Estados Unidos necesita que le presten 3.000 millones de dólares [más de 2.350 millones de euros al cambio actual] al día) o el creciente superávit comercial de China, que se acerca a los 500 millones de dólares [algo más de 392 millones de euros] por día?
Digámoslo con claridad: estos desequilibrios no pueden continuar indefinidamente. Lo bueno del caso es que existe un consenso cada vez más unánime sobre este tema. Lo malo es que no hay ningún país que crea que es su política la responsable de la situación. Estados Unidos señala acusatoriamente a la divisa china de estar por debajo de su valor real, mientras que el resto del mundo destaca los déficits descomunales de la potencia americana en las áreas fiscal y comercial.
El Fondo Monetario Internacional ha empezado a centrar su atención en este tema –mérito que hay que reconocerle, después de 15 años de haberse preocupado casi exclusivamente por el desarrollo y la transición al desarrollo. La forma con que el Fondo se ha planteado el tema –algo que hay que lamentar– ha consistido en hacer un seguimiento de las políticas económicas de todos los países, una estrategia que corre el riesgo de atacar los síntomas sin afrontar el problema mayor, que es el del sistema.
Es más, tratar los síntomas podría traer como consecuencia que los problemas empeoraran, al menos a corto plazo. Véase, por ejemplo, la cuestión del tipo de cambio de la moneda china por debajo de su valor real y el superávit consiguiente del país, que el Tesoro de los Estados Unidos insinúa que constituye el meollo del problema.
Aun en el supuesto de que China revalorizara su yuan respecto del dólar y redujera así a cero su superávit comercial con Estados Unidos, que es de 114.000 millones de dólares [más de 89.397 millones de euros al cambio actual] al año, y aun en el supuesto de que eso se tradujera inmediatamente en una reducción del déficit comercial multilateral norteamericano, Estados Unidos tendría todavía que pedir prestados más de 2.000 millones de dólares [más de 1.568 millones de euros] al día; es decir, la cosa mejoraría pero en modo alguno es la solución.
De más está decir, por supuesto, que probablemente no se registraría en absoluto ningún cambio de importancia en el déficit comercial multilateral norteamericano. Simplemente Estados Unidos compraría menos productos textiles a China, pero más a Bangladesh, Camboya y otros países en desarrollo.
Entretanto, como un yuan más fuerte haría que los alimentos importados de Estados Unidos fueran más baratos en China, los chinos más pobres – los agricultores – verían cómo caerían sus productos agrícolas en el interior del país. China podría optar por contrarrestar las consecuencias perjudiciales de las subvenciones desorbitadas que recibe la agricultura en Estados Unidos mediante el desvío de un dinero que necesita a toda costa para su desarrollo industrial en favor de subvenciones a sus propios agricultores. El crecimiento económico de China posiblemente se desaceleraría en la proporción correspondiente, lo que a su vez desaceleraría el crecimiento económico de todo el mundo.
No obstante, tal como están las cosas, el gigante asiático es completamente consciente de las condiciones de su pacto tácito con Estados Unidos: China contribuye a financiar el déficit del segundo mediante la compra de bonos del Tesoro con el beneficio que obtiene de sus exportaciones. Si no lo hiciera así, el dólar se depreciaría aún más, lo que reduciría el valor de las reservas de China en dólares (se espera que hayan superado el billón de dólares [más de 784.190 millones de euros al cambio actual] a finales de año). Cualquier país que pudiera beneficiarse de que China perdiese cuota del mercado de exportación podría invertir su dinero en una divisa fuerte, como el euro, y no en un dólar inestable y debilitado o podría optar por invertirlo en su propio territorio en lugar de acumular más reservas. En pocas palabras, a Estados Unidos se le haría cada vez más cuesta arriba financiar sus déficits y el mundo en su conjunto tendría que hacer frente a una inestabilidad mayor, no menor.
No puede hacerse nada de verdadera importancia en relación con estos desequilibrios globales si Estados Unidos no aborda sus propios problemas. Nadie en sus cabales propone que las empresas ahorren dinero en lugar de invertirlo en ampliar su producción sólo porque haya que corregir el problema del déficit comercial; y por mucho que se multipliquen los sermones sobre los motivos por los que los norteamericanos debieran ahorrar más (desde luego, más que el ahorro negativo que los hogares registraron en el año pasado), nadie de ninguno de los partidos políticos ha encontrado una fórmula infalible que garantice que lo vayan a hacer. Las rebajas de impuestos de Bush no lo han conseguido; unos mayores incentivos al ahorro, tampoco.
Es más, los cálculos que se han realizado demuestran en su mayor parte que, en realidad, esas medidas no han hecho sino reducir el ahorro nacional debido a que el coste de los ingresos que el Gobierno no ha obtenido es mayor que el incremento del ahorro de los hogares. El sentido común apunta a que no hay más que una alternativa: reducir el déficit del Estado.
Imaginemos que el Ejecutivo de Bush abraza súbitamente la religión verdadera (al menos, la religión de la responsabilidad fiscal) y reduce el gasto. Demos por hecho que es improbable que aumente los impuestos un Gobierno que no ha dejado de insistir ni por un momento en rebajas aún mayores de impuestos. Por sí solas, las reducciones de gastos llevarían a un debilitamiento de la economía norteamericana y de la economía mundial. La Reserva Federal podría hacer intentos de compensar estos efectos mediante rebajas de los tipos de interés, lo que protegería a la economía norteamericana porque eso animaría a los hogares norteamericanos, aun agobiados por las deudas, a solicitar todavía más dinero a cuenta de préstamos hipotecarios sobre sus viviendas para financiar su consumo. Sin embargo, eso tendría como consecuencia que el futuro de Estados Unidos sería aún más precario.
Existe una salida a este aparente punto muerto: una reducción de los gastos del Estado combinada con un aumento de los impuestos a los norteamericanos con ingresos más altos y una reducción de los impuestos a los norteamericanos con ingresos más bajos. La reducción de gastos produciría por sí misma una caída del consumo pero, como los pobres consumen un porcentaje mayor de sus ingresos que los ricos, el giro impositivo produciría por sí mismo un incremento del consumo. Si se planifica adecuadamente, esta combinación sería capaz de sostener la economía norteamericana y reducir el déficit con carácter simultáneo. A nadie sorprenderá que estas recomendaciones no hayan salido de las reuniones del Fondo Monetario Internacional en Singapur. Estados Unidos cuenta con derecho de veto en este organismo, lo que hace improbable que el Fondo recomiende políticas que no sean del agrado del Gobierno norteamericano.
Bajo los desequilibrios actuales subyacen problemas estructurales fundamentales en relación con el sistema mundial de reservas. John Maynard Keynes llamó la atención sobre estos problemas hace tres cuartos de siglo. Sus ideas sobre la reforma del Sistema Monetario Internacional, entre ellas, la creación de un nuevo sistema de reservas que se basara en una nueva divisa internacional, pueden adaptarse con algunos pequeños retoques a la economía de nuestros días. Mientras no ataquemos los problemas estructurales, lo más probable es que el mundo continúe infestado por desequilibrios que amenazan la estabilidad financiera y el bienestar económico de todos nosotros.

Joseph E. Stiglitz es Premio Nobel de Ciencias Económicas 2001, profesor de Economía en la Universidad de Columbia y ha publicado recientemente Making Globalization Work (Conseguir que la globalización funcione).

(Artículo publicado en El Mundo/la Crónica de León, viernes 6 de 0ctrbre de 2006)
El periódico destaca una idea: «Urge que EEUU reduzca su déficit público y lo combine con una subida de impuestos a los más ricos y una rebaja a los más pobres»

miércoles, octubre 25, 2006

Escuela Leonesa de Eshética

A petición de Horacio, presidente de ARENCI, publicamos un mensaje sobre un acto que tendrá lugar mañana en León.

Amigos estudiosos y debatidores de la “Renta Básica”.
Mañana se presentarán en León unos amigos de Salamanca, con alguno de los cuales he tenido el gusto de compartir las inquietudes de este blog. Se trata de la “Escuela Leonesa de Eshética” “revelada en la ciudad de Salamanca” (que también es leonesa por historia y tradición...). El “maestro fundador” viene con algunos de sus discípulos más adelantados. Es el leonés don Santiago Pérez Gago, filólogo, filósofo, monje dominico, místico y, ante todo, estheta órfico, amante de las mejores tradiciones ancestrales de la nuestra tierra leonesa. Parte esta escuela del aspecto más “espiritual” de la vida y, desde ahí, considera todo lo demás, incluida la realidad social que nos ocupa. De esta escuela, introduje en la reflexión de ARENCI el concepto de “bienser”. Que también nos interesa recordar; pues, aunque ARENCI parte de postulados estrictamente económicos, no somos economicistas y estamos abiertos, como es el caso, a todo aquel que nos tenga algo que aportar.
Por si conocéis a alguien que le interese (incluidos vosotros, por supuesto).
Sin compromiso y siempre en "vuelo libre".
Gracias.
La presentación es a las 20 h. 26 de Octubre en la Sala "Club de prensa" del diario de León.
Gran vía de San Marcos, 8. Entrada por calle Fajeros).

Horacio García Pacios (Astorga, León)

domingo, octubre 22, 2006

Políticos, bajense del árbol

Adjunto una tribuna publicada en el Diario de León (15.10.2006), pidiendo a los políticos cordura y que se tomen en serio la necesidad de meditar sobre la necesidad de una nueva economía social sostenible.


TRIBUNA Políticos bajense del árbol
Ramiro Pinto Cañón
AL VISITAR la exposición organizada por la Caixa, De mono a hombre , me quedé impresionado. Al final de la misma se exponen unos libros. Uno de ellos es El proceso de humanización no ha terminado aún , del arqueólogo Eudald Carbonell. Este autor mantiene que hay que conseguir socializar el conocimiento y que los logros y beneficios de la tecnología deben llegar a toda la sociedad. En el resumen del libro se plantea que uno de los pasos para el desarrollo de la humanización es lograr una economía más racionalizada. ¿Qué es una economía más racionalizada? No creo que se refiera a una economía planificada, aunque hará falta una planificación global sobre temas que afectan a la humanidad y que suponen una amenaza para una gran parte de los habitantes del planeta y han de ser controladas, como son el crecimiento demográfico, los problemas medioambientales y el aprovechamiento unilateral de las fuentes de energía y materias primas. Una economía más racionalizada consiste en razonar sobre el proceso económico y buscar medidas concretas que permitan la distribución de la riqueza y a la vez mantengan la dinámica de crecimiento económico, haciéndolo sostenible desde el punto de vista medioambiental. De esta manera, al introducir estas nuevas variables en los análisis teóricos de economía, es como llegamos a ver la necesidad de establecer la Renta Básica, una vez que sea posible, a través de la propuesta de financiación de la asociación Arenci, que actualmente estudia el Parlamento Europeo y próximamente una subcomisión de las Cortes en España. Como explica Jared Diamond en su obra Ocaso , es necesario recoger las cuestiones ambientales en función de la economía, pues en su estudio llega a la conclusión de que el declive de todas las civilizaciones y modelos de sociedad que han sucedido a lo largo de la historia tienen un denominador común: el deterioro del medio ambiente. Este deterioro afecta a la fertilidad del suelo, la salud, cambios climáticos, hasta ahora de una manera local, pero en este momento repercute en el planeta Tierra de manera global. La sociedad actual tiene la oportunidad de analizar los sucesos del pasado y aprender de sus errores, tomar decisiones y actuar en consecuencia. Por una parte los economistas no manejan la sostenibilidad ecológica como variable de sus estudios de economía política. Marcan las pautas de la política económica de los gobiernos sobre la base del crecimiento económico y la creación de empleo, junto con el ajuste presupuestario para evitar la inflación. El nuevo concepto de la Productividad Total de los Factores (PTF) se utiliza de manera mecánica, tanto en los modelos liberales como keynesianos, y no tienen una visión de la economía en su conjunto, los árboles no les dejan ver el bosque. Por otra parte los políticos caen cada vez más en el tactismo , como estrategia de mantenerse en el poder, y hacer políticas de confrontación con la oposición y medidas que caigan bien a determinados sectores, sin hacer pedagogía política ni debates críticos sobre las necesidades globales de nuestra sociedad. Hacen de su labor propaganda y no política de ideas. Por ejemplo se mantienen lo que algunos sociólogos y economistas críticos llaman las «ayudas perversas», que impiden el desarrollo de los países pobres e incrementan la destrucción del medioambiente. Esto ocurre con las subvenciones a sectores cuyos productos no son rentables sin las ayudas dadas, la agricultura, la pesca, el agua de regadío, el azúcar, la minería del carbón. Esto se ve en casos como en los países ricos que se ven obligados a mantener las centrales térmicas. Las ayudas a los agricultores impiden la comercialización de productos de países pobres, que ven inundados sus mercados por otros excedentarios y abaratados por esas ayudas públicas. Los políticos se ven acorralados por la necesidad de resultados electorales, sin ver que con W. Churchill Gran Bretaña ganó la II Guerra Mundial pero él perdió las siguientes elecciones. Hoy es necesario ganar el reto sobre la amenaza global que nosotros mismos, como sociedad, hemos creado. A veces hay medidas que son paradójicas y no se entienden hasta pasado el tiempo. Por ejemplo cuando Henry Ford subió el sueldo a sus obreros, más allá del convenio y por decisión propia, los accionistas le denunciaron a los tribunales, pues perdieron valor sus acciones. Sin embargo salieron ganando a largo plazo, pues esos mismos trabajadores fueron quienes compraron los coches que fabricaban, lo que de otra manera no hubieran podido hacer por ser un artículo de lujo. Bajar los precios con la productividad en cadena y ampliar el mercado con la subida del nivel de vida consiguió incrementar a largo plazo el valor de las acciones. Desde el punto de vista ambiental fue un error, pero en aquella época no se supo. Actualmente la fiscalía de California ha emprendido una batalla legal contra los fabricantes de automóviles por no dejar comercializar otros motores que eviten la contaminación con el CO 2 que atenta contra la Humanidad. Asistimos a una serie de cambios, lo cual Javier Arenas, antiguo ministro de Trabajo, llamó «una mutación histórica» a la que hay que adaptarse, que requieren nuevas maneras de pensar los problemas y racionalizar la economía, como forma de adaptarse a la nueva realidad. Es decir evolucionar. Hace un año el escritor y premio Príncipe de Asturias, Carlos Fuentes, planteó que el paso de la economía industrial a otra tecnológica y de servicios es un cambio tan radical que hace falta un ajuste que tenga en cuenta el desplazamiento del empleo. Luis Martínez Noval, también antiguo ministro de Trabajo, expuso en las Jornadas sobre Economía Política, celebradas en León, que ha habido una evolución en las políticas sociales, y a su vez describió una serie de fenómenos que considero se pueden entender como crisis del empleo, como son las prejubilaciones, la diferencia entre el salario real y el monetario, los ajustes de plantillas, nuevas enfermedades laborales de tipo psicológico, etcétera. Lo cual nos debería hacer pensar que hay que cuestionar la centralidad del trabajo como eje de la economía y la política. Y esto es a lo que da respuesta la renta básica, como base de subsistencia y de forma incondicional a las personas de una determinada zona monetaria en la que se pueda aplicar, como es la zona euro. La renta básica define el crecimiento económico, ¿hasta dónde y cuándo?, ¿hasta que esquilmemos nuestro planeta? La racionalidad nos lleva a pensar que hasta que sea posible la renta básica, y favorecer así un crecimiento sostenido. Esto exige que los políticos se bajen del árbol y empiecen a andar en otra dirección. Pensando en el futuro, el de todos, pues somos una especie aún en evolución. Del mono al humano

Junto al articulo anterior, quisiéramos presentar un articulo publicado en el Faro De Vigo con cierto humor y que proporciona un motivo de pensamiento al exigir a los políticos a que cumplan sus promesas electorales, recordándonos que todos participamos y debemos elegir, a quien mejor nos pueda representar.


Un candidato a las próximas elecciones en Cataluña ha requerido al notario para que dé fe pública de sus promesas a los electores.

Un candidato a las próximas elecciones en Cataluña ha requerido al notario para que dé fe pública de sus promesas a los electores. Y luego dicen que los desconfiados somos los gallegos.Confianza es lo que parece querer transmitir el nacionalista Artur Mas al firmar ante escribano su "contrato" con los electores, que incluye promesas de gobierno valoradas en 200.000 millones de pesetas y la garantía de que no pactará con cierto partido conservador, así lo maten. Entre caballeros debería bastar con la palabra dada, pero se conoce que los políticos no están muy seguros de que las gentes del común confíen en su hidalguía. Nada mejor para reforzar esa mermada credibilidad, por tanto, que el recurso a formular sus ofertas en presencia de un fedatario público.Si no otra cosa, la singular iniciativa del candidato Mas tendrá al menos la virtud de abrir nuevas líneas de negocio para los notarios. A los habituales trámites de poderes, testamentos, protestos y actas de sociedades mercantiles, se añaden a partir de ahora los contratos que los líderes políticos quieran firmar con sus eventuales votantes. La idea no puede ser más feliz, si se tiene en cuenta que el notario proyecta a ojos de los ciudadanos una imagen seria, adusta y respetable. Nada mejor que ese halo para nimbar de la necesaria formalidad los actos de los políticos, con frecuencia reputados de informales en el cumplimiento de los compromisos que suelen adquirir en campaña. Cuestión distinta es que el candidato Mas haya aportado algún concepto novedoso a la historia de las tradiciones políticas. El "contrato social" fue minuciosamente definido ya por Rousseau en el siglo XVIII; e incluso mucho antes por Platón. Bien es verdad que el que ahora se propone en Cataluña es un contrato de orden más bien mercantil, como corresponde a aquel industrioso reino autónomo; pero el fondo de la cuestión viene a ser aproximadamente el mismo. Lo que los candidatos proponen, aunque no siempre de manera tan cruda como Mas, es que cada elector use su voto tal que si fuese una moneda de cambio válida para comprar un programa de gobierno. Dado que el político es un producto como otro cualquiera que se vende al público mediante refinadas técnicas de marketing electoral, no parece del todo ilógico que esa transacción sea certificada por un notario. Ahora bien, los fedatarios públicos se limitan a dar fe de lo que ven, como su propio nombre indica. Se ignora, por tanto, a quién deberían reclamar los electores defraudados por un candidato en el caso -no improbable- de que faltase a las promesas hechas con garantía notarial. La lógica sugiere que deberían exigirle cuentas al político incumplidor en las siguientes elecciones; pero eso ya es cosa sabida para la que sobra el concurso de un escribano.Antes que un contrato electoral ante notario, tal vez resultase más provechoso que los candidatos suscribiesen un seguro a favor de sus votantes. Si, por ejemplo, se les prometieran 500.000 puestos de trabajo y en lugar de eso, el número de parados creciese en varios millones, las víctimas de tal fraude tendrían derecho a ser indemnizadas en una cuantía a fijar en las cláusulas de la póliza. Infelizmente, la formalización de una garantía así habría de chocar tal vez con la resistencia de las compañías aseguradoras a suscribir contratos con gente a menudo tan informal como los candidatos en campaña. Mucho es de temer, pues, que los electores catalanes deban conformarse con la solemnidad que un notario otorga con su presencia a las ofertas electorales.No se recordaba una cosa así desde que años atrás el entonces monarca Don Manuel concurrió a ciertas elecciones en Galicia con el aval de un parte médico que certificaba su buen estado de salud. Notarios, médicos y lo que haga falta: todo sea por darle emoción a las votaciones, que últimamente están perdiendo el favor del público.
Anxel Vence

jueves, octubre 19, 2006

El fracaso de la banca capialista

Ya que estamos con el tema de los microcreditos, nos queremos hacer eco de un articulo de Juan Torres Lopez, publicado en Rebelión, que es muy ilustrativo y confirma más aun si cabe nuestra
forma de pensar. Observando la necesidad de un Renta Básica que permita que el dinero llegue a todo el mundo, para que exista una verdadera economia mundial.

Un solo "banquero de los pobres" puede sacar de la pobreza a millones de personas con créditos de unos pocos dólares, ¿cómo es posible que siga habiendo millones de pobres en el mundo si los bancos acumulan miles de millones de dólares?El nuevo Premio Nobel de la Paz, o el fracaso criminal de la banca capitalista
Juan Torres López


La concesión del Premio Nobel de la Paz a Muhammad Yunus y a su “banco de los pobres” (el Banco Graneen) me alegra sobremanera en la medida en que es el reconocimiento al esfuerzo constante y ejemplar de una persona que ha logrado sacar de la pobreza a cientos de miles de personas en su país.
Muhammad Yunus fundó en 1976 el Banco Grameen (BG) para proporcionar pequeños créditos (microcréditos, al principio de unos 40 o 45 dólares) sin garantía material a los más pobres de los pobres en las zonas rurales de Bangladesh. De esta manera, eliminando la necesidad de garantía, ha conseguido dar la vuelta a la práctica convencional bancaria que la exige siempre a la hora de conceder los créditos, y ha creado un sistema basado en la confianza mutua, la solidaridad, la responsabilidad, la participación y la creatividad.
En la actualidad, el banco fundado por Yunus es el mayor establecimiento financiero rural de Bangladesh. Posee más de 2,3 millones de prestatarios, y el 66 % de sus clientes ya superaron holgadamente la línea de pobreza. El 94% de los prestatarios son mujeres. El reembolso de los préstamos, con un valor promedio actual de unos 160 dólares, supera el 95%.
Pero el premio tan merecido obliga a llevar la reflexión más allá de la alegría que supone un nuevo e importante reconocimiento internacional a un hombre inteligente y estrechamente comprometido contra la pobreza.
En primer lugar hay que señalar que el Premio Nobel concedido a Yunus está equivocado. Si se le reconoce que su estrategia de conceder miles de pequeños créditos sin garantía, en condiciones ventajosas y sin ánimo de lucro ha logrado erradicar la pobreza, lo que deberían haberle dado a Yunus no es el Premio Nobel de la Paz, sino el de Economía.
No hago ninguna broma. La cuestión es bien importante: ¿por qué el Banco Central de Suecia que concede los premios Nobel de Economía no considera que acabar con la pobreza, y haberlo conseguido en la práctica aunque sea en escala reducida, es mucho más importante y digno de reconocimiento que realizar elucubraciones teóricas las más de las veces sin apenas consecuencias prácticas positivas sobre el bienestar humano, por muy brillantes que estas sean para las mentes cultivadas de los académicos?
Es muy fácil comprobar que las noticias relativas a la pobreza, a la exclusión de millones de personas, al hambre o al sufrimiento que provocan las relaciones económicas de nuestro tiempo no aparecen prácticamente nunca en las páginas “de economía” de los periódicos. Cuando se hace mención de ellas se llevan a las de sociedad, como si no tuvieran nada que ver con las empresas, con el dinero, con los bancos,… que son de lo que se ocupan los economistas o los periodistas económicos más reputados.
Frente a esa manipulación grosera, hay que insistir en que la Economía que se cultiva en los círculos académicos ortodoxos, en los ministerios neoliberales y en las escuelas de negocios es una construcción ideologizada que no se orienta a resolver los problemas reales de la Humanidad. Por el contrario, cuando surgen propuestas o prácticas, como las de Yunus, capaces de transformar la realidad desde otros postulados (en el caso del ahora Premio Nobel de la Paz, desde la solidaridad, la generosidad y la cooperación, en lugar de la competencia y el lucro) lo que se hace es marginarla fuera de las fronteras “de la economía”.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que, como el propio Yunus no se cansa de señalar, que si los microcréditos ofrecidos al margen del sistema financiero convencional son tan útiles e incluso imprescindibles para combatir la pobreza, es porque no los proporcionan quienes tienen la función económica de hacerlo: los bancos y demás entidades financieras.
Yunus denuncia constantemente que la banca convencional es una fuente constante de exclusión financiera y social porque no proporciona financiación a los pobres, es decir, a quienes no pueden ofrecer más garantía que su propia persona, su trabajo, sus ideas o su capacidad emprendedora.
Por tanto, al mismo tiempo que se concede el premio a Yunus y a su Banco Grameen debería señalarse y denunciarse que hay que dar ese premio justamente porque los bancos convencionales provocan la exclusión financiera que obliga a poner en práctica, solamente a partir de la buena voluntad y con medios inconmensurablemente más limitados, experiencias financieras como las de Yunus.
En tercer lugar, reconocer el éxito de la experiencia de Yunus para combatir la pobreza a través de este tipo de pequeña financiación que no se concede con ánimo de ganancia significa reconocer también que las inmensas ganancias de la banca, su inmoral práctica financiera, no es, como se dice, la función que permite crear riqueza, empleo y bienestar en la economía. Al revés: en tanto que el uso que realiza de los recursos financieros se guía exclusivamente por el ánimo de lucro lo que se provoca es una escasez artificial, una provisión ineficiente de fuentes de financiación, porque se deja sin este tipo de recursos, precisamente, a quienes más los necesitan porque viven en situación de mayor carencia.
Por eso resulta que el lucro inmenso de los banqueros no solo es inmoral, por desproporcionado y por ajeno a las necesidades humanas más esenciales, sino que, además, es económicamente ineficiente y dilapidador.
El éxito de la experiencia financiera de Yunus, proporcionando financiación barata y generosa pero cuidadosa y exigente a los pobres, es, paralelamente, la demostración palmaria de que la economía puede funcionar sin que su incentivo esencial sea el ánimo de lucro, basándose, por el contrario, en la solidaridad y dando prioridad a la satisfacción de las necesidades humanas en lugar de a los privilegios de los ricos.
Todo lo que acabo de señalar es lo que lleva una pregunta crucial: ¿si una sola persona puede haber sacado de la pobreza a millones de personas simplemente concediendo a través de su “banco de pobres” créditos de unas pocas docenas de dólares ¿cómo puede justificarse entonces que sigan existiendo cientos de millones de pobres en el mundo mientras que los bancos disponen de miles y miles de millones de dólares?
La respuesta es clara: reconocer el éxito o el mérito de Muhammad Yunus equivale a manifestar bien a las claras el fracaso histórico de la banca capitalista.
Es un fracaso radical porque, como he dicho más arriba, se muestra incapaz de dirigir sus recursos millonarios allí donde son más necesarios. Pero no es un simple fracaso, sino que se trata de un verdadero fracaso criminal porque mientras que hay cientos de millones necesitados de unos pocos dólares para salir de la miseria los bancos se dedican a especular, a acumular beneficios millonarios que se reparten entra la minoría satisfecha, como la llamó Galbraith, y, en definitiva, a mantener un tipo de relaciones económicas que, literalmente hablando, matan y condenan al sufrimiento más innecesario e injusto a millones de seres humanos.
Por eso hay que tener cuidado ser muy críticos con las experiencias que se están dando en muchos países (muchos, precisamente, porque muchos son en los que la exclusión financiera y social se extiende de modo creciente). Me refiero a la práctica que se va generalizando consistente en que las propias instituciones financieras que provocan exclusión y que dedican la inmensa mayoría de sus recursos a la especulación o a la financiación de actividades improductivas o generadoras de empleo precario (cuando no, a puros delitos de evasión o blanqueado de dinero) se laven luego la cara concediendo un puñado de microcréditos a los “necesitados”.
Mi convicción y mi experiencia me dicen que esa pequeña financiación es necesaria (como bien ha demostrado la experiencia de Muhammad Yunus) y que hay que lograr que se extienda y multiplique, pero exigiendo a las entidades financieras que las concedan sin garantías (lo normal es que para un crédito de unos pocos cientos de euros a veces soliciten garantías incluso hipotecarias) que impliquen un sobrecoste personal o financiero insoportable y, además, que no los concedan con cargo a sus cuentas de “acción social”, sino que debería establecerse la obligatoriedad de dedicar una parte de sus recursos a proporcionar estas líneas de financiación..
El problema es, sin embargo, que lo que ha demostrado también la experiencia personal de Yunus que ahora acaba de ser premiada es que esto último no es posible conseguirlo por las buenas, al menos en la cuantía necesaria, de los bancos convencionales. Y precisamente por eso, la última enseñanza de su experiencia es que para acabar con la pobreza es necesario disponer de fuentes de financiación singularmente creadas y administradas para lograr ese fin. Es necesario que haya bancos públicos y privados que actúen sin ánimo de lucro y pongan sus recursos a la disposición de los verdaderamente necesitados. Dejar, como ha conseguido el neoliberalismo en la mayoría de los países, que todos los recursos financieros estén en manos del capital privado que sólo busca lucrarse significa lisa y llanamente renunciar a erradicar la pobreza.
Como ha demostrado Yunus, se puede salir de la pobreza pero para eso hacen falta los recursos financieros que ahora despilfarra la banca. Por eso ahora, cuando la desigualdad es mayor que nunca, es más pertinente que en ningún otro momento el plantear que se “nacionalize” la banca, en el sentido de garantizar que los recursos financieros se destinen en la cuantía necesaria a satisfacer las necesidades nacionales que pasan, sobre todo, por erradicar la miseria y la pobreza.
Quien sinceramente quiera combatir la pobreza debe hacerse primero con los recursos financieros necesarios y esos, hoy día, los tiene un capital privado egoísta e incompatible con el ejercicio más elemental de la justicia. Frente a los bancos de los ricos hacen falta “bancos de los pobres”.

Juan Torres López es catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga (España) y colaborador habitual de Rebelión. Su página web es www.juantorreslopez.com